Una azada, unas gallinas, un cerdo, unos sacos de harina, etc... eran propiedades típicas de campesinos humildes, que abundaban en la España rural de 1.845, cuando se escribió la Cartilla; porque no creo que el Duque de Ahumada estuviera pensando, en aquellos entonces, en que unos ladrones fuesen a robar un chalet de lujo en La Moraleja, o a hacer un alunizaje en una joyería del Barrio Salamanca.
Para aquellos campesinos, perder sus escasas propiedades era la diferencia entre poder comer (vivir), o no poder comer (morir);de ahí la importancia que tiene la protección de las personas y las propiedades en los documentos fundacionales de la Guardia Civil.
Y ya que citas un artículo de la Cartilla, por lo menos cítalo entero:
El Guardia Civil no debe ser temido sino por los malhechores; ni temible, sino a los enemigos del orden.
Procurará ser siempre un pronóstico feliz para el afligido, y que a su presentación, el que se creía cercado de asesinos, se vea libre de ellos; el que tenía su casa presa de las llamas, considere el incendio apagado; el que veía a su hijo arrastrado por la corriente de las aguas, lo crea salvado; y por último siempre debe velar por la propiedad y seguridad de todos.
El Guardia Civil no debe ser temido sino por los malhechores; ni temible, sino a los enemigos del orden.
Procurará ser siempre un pronóstico feliz para el afligido, y que a presentación el que se creía cercado de asesinos, se vea libre de ellos; el que tenía su casa presa de las llamas, considere el incendio apagado; el que veía a su hijo arrastrado por la corriente de las aguas, lo crea a salvo; y por último siempre debe velar por la propiedad y seguridad de todos.
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