Llamar "mamarracho" a alguien, además de estar totalmente fuera de lugar, no tiene nada que ver con expresar una opinión ya que se puede discrepar perfectamente de esta celebración sin necesidad de caer en descalificaciones.
Cuestión de tolerancia, aunque insisto que leyendo determinadas cosas es obvio que todavía queda mucho por hacer en este ámbito.