Disculpadme una vez más por entrometerme en asuntos del personal que hoy en día estaís en activo, pero me da la impresión de que por lo visto aquí, -actualmente-, cada cual mira por sus interses PERSONALES y les importa muy poco o nada lo que le pase al COMPAÑERO que posiblemente un día le tenga que salvar de un incidente grave, incluyo la propia vida. Ello significa que el espíritu de Cuerpo se ha perdido en su totalidad, y para argumentarlo que mejor que una anécdota vivida en primera persona cuando yo todavía era un chaval de apenas 15 años, la contaré:
-Resulta que mi padre ya fallecido estaba destinado en un puesto de playa donde sí o sí las parejas de nocturno tenían que salir a cubrir las postas desde el anochecido hasta el amanecido, que eran relevados por el vigilante de día -uno solo- y que se tragaba toda la semana haciendo lo mismo pero al revés que los de nocturno, sin compañero, llegaban al Cuartel reventados después de más de 14 horas de pisar arena con el correaje y el mosquetón.
Mi madre era una persona enfermiza y débil y en mi casa éramos 5 hermanos.
- Pues ocurrió que una noche después de salir mi difunto padre ha hacer su posta mi madre se puso enferma de verdad, el comandante de Puesto llamó al médico y al practicante, sería ya casi media noche, cuando el Sargento le dijo al guardia Vera que descansaba para volver a entrar al amenecido que se pusiera el correaje y se fuera a cubrir el servicio que estaba haciendo mi padre, Vera tenía entonces 19 años y cumplió la orden del Sargento, ya no os puedo decir si empalmó el nocturno de mi padre con el de vigilante de día, pero lo cierto es que hizo lo que hizo y creo que en aquellos momentos Vera pensó más en el compañero que en la disciplina si no cumplía la orden del Sargento.
Este que os escribe heredó de su padre no solo la profesión, sino también ese sentimiento de hermandad entre todos los Guardias Civiles sean o no del mismo destino o de la misma provincia y que conste que no me ha ido mal. Ahora jubilado como tantos y tantos no guardo mal recuerdo de ninguno, hice favores y me los devolvieron, los pedí y los devolví.
- No me da pena la situación por la que estaís pasando, porque es fiel reflejo de la sociedad en la que estaís viviendo, un poco deshumanizada, un tanto materialista, un mucho egocentrista y por tanto con una carencia de valores. Hablaís de solidaridad, sí pero sin que me jodan el domingo o la hora del gim.
Buena suerte a todos y salud para disfrutar de ese tiempo libre de descanso, vacaciones, dias de asuntos propios, etc. etc,. que tantos y tantos que os precedieron no tuvimos ni tampoco los hechamos de menos.
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