Con permiso. Sin que sirva de precedente el opinar sobre la uniformidad que no me compete, voy a exponer mi opinión, ya que la problemática de la uniformidad me crea muchos quebraderos de chola en mi trabajo.
De entrada, considero que la reglamentación que regula la vestimenta de un determinado cuerpo debería ser el “Códice Calixtino” de ese colectivo; simple y llanamente por ser eso: uniformidad (todos iguales), y que no debería dar pie a cualquier otro aditamento que no estuviese reglamentado. Luego en la vida privada allá cada cual. Si se quiere vestir de lagarterana…pues de **** madre; pero en el curre, única y exclusivamente como está reglamentado.
Y como lo dice un reglamento cuya aceptación está implícita en la nómina, pues no cabe la más mínima duda sobre su interpretación. Qué las normas están claras y escritas, y nos pagan para acatarlas.
:salu: