Esta mañana, en una emisora de radio de ámbito nacional,
el ministro del Interior ha
manifestado que sobre las 12,30 horas iba a facilitar buenas noticias respecto a ETA.
Lo que se iba a producir a esa hora era la detención por la Policía francesa de un miembro
de ETA con una orden judicial de Busca y Captura. Ha sido hablar el ministro y lógicamente
todos los medios de comunicación, los expertos periodistas que trabajan en esta materia,
han comenzado a hacer gestiones en el País vasco y en Francia,
la Policía francesa ha
tenido conocimiento de que, una operación de detención de un terrorista en una
actuación exclusiva de ellos, sin intervención ni de la Policía española ni de la Guardia Civil
HA SIDO RADIADA, ANTICIPADA UNAS HORAS POR EL MINISTRO DEL INTERIOR DE ESPAÑA,
y es posible que también haya llegado a oídos del delincuente.
Sr. Presidente del Gobierno ¿hasta cuándo va a permitir que sigan pasando en Interior las
cosas que pasan? ¿Permitiría que un alto cargo fuera 5 veces al día al Padel con coche
oficial y escoltas? ¿O que fuera al gimnasio? ¿O que fuera a misa? ¿O que se tome fines de
semana caribeños? ¿No le parece que su compromiso con el Vaticano en cuanto a
nombrar para este Ministerio a alguien religioso (o del Opus Dei) puede mantenerse con
otras personas?*
*
Lo que ha hecho el ministro del Interior es, objetivamente, un chivatazo a un miembro de
ETA, anunciando públicamente que va a ser detenido, y en el momento de realizar esta
nota de prensa (han pasado 30 minutos de las 12,30) el prófugo de la justicia sigue sin ser
localizado. ¿Es posible que alguien desde España lo haya alertado?
Sr. Presidente del Gobierno, nunca ha habido tanta politización y tanto desprecio al
Cuerpo Nacional de Policía desde la llegada de la democracia como en estos seis meses. El
nombramiento del ministro del Interior es un gravísimo error (repase la galería de
declaraciones, conflictos y problemas creados exclusivamente por sus declaraciones, los
ceses de mandos policiales por intentar cumplir la ley, etc. etc.) y
de no ser porque la
situación económica del país absorbe toda la atención de la ciudadanía, seguro que
estábamos ante el peor ministro del Interior conocido al que muy posiblemente ya habría
cesado. Hasta en el Opus Dei hay personas con bastante más sentido común.
http://www.sup.es/01/582.pdf
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