No hay que dudarlo, es el mismo proceso que en Cataluña. No hay que ser diplomado por Oxford para darse cuenta de lo que tratan de conseguir.

Es más de lo de siempre. Siempre dividir para la obtención del poder y crear una sociedad particular y adecuada a su manera de entenderla. Lo malo es que siempre son los mismos, las llamadas izquierdas, y digo izquierdas en plural, porque luego, dentro de la generalidad hay multitud de ramificaciones particularistas; aunque en lo que verdaderamente difieren es en los métodos y plazos para obtener el mismo resultado.

Son como las tenias o solitarias. Se desarrollan dentro del cuerpo que las cobija y alimenta, solo que en estos casos además emplean la demagogia , la mentira, la tergiversación, y la incultura general. Claro que ya lo dijo uno de sus dirigentes: “la mentira es un arma revolucionaria imprescindible”.

Es una pena. Hemos pasado por uno de los periodos mejores en la vida general de los españoles. Tras habernos partido la cara cruelmente parecía que habíamos escarmentado de una puñetera vez. Nos esperaba un buen futuro de relativa prosperidad y del asentamiento de lo que debe ser la justicia social. El camino era lento, con muchas dificultades…,por falta de esa cultura imprescindible para poder vivir en sociedad, pero como en el dicho ese : “seguro que viene alguien y lo jode”…. Pues aquí los tenemos.