Pues a priori desconfío de todo mando sin excepción. Sólo a posteriori, si me demuestra él primero su lealtad hacía mí obtendrá la mía incondicionalmente hacía él. Por supuesto, no se me ha hado ningún caso de esto último excepto con uno; y fue un Capitán en mi período de Academia en Baeza. Me lo demostró con hechos, dio la cara por mí, nada de palabrería demagógica y cobarde. Todo un referente para mí, aunque desde aquella etapa no he sabido nada de él.
Como puede deducirse por lo anteriormente expuesto, hoy día me encuentro en un destino en el que todos los mandos sin excepción tienen mi total desconfianza y deslealtad. Sé, porque lo he podido ver, que algunos de ellos reúnen las siguientes características: cobardía, egocéntrismo, egoísmo acomplejamiento y cómo no, maldad como factor común en todos ellos entre otras más.
Solo hay uno que aunque no tiene mi confianza porque no creo que dé la cara por nadie, al menos no tiene maldad que visto lo visto ya es algo positivo (un Alférez).
Saludos.
Marcadores