Muy buenas; me presento:
Como mi nick indica, soy guardabosques, o más bien, para que quede claro, Agente Medioambiental de la Junta de Castilla y León.
Esta mañana me ha pasado algo extraño, y me gustaría ponerlo en común con todo vuestro colectivo.
Iba yo de servicio cuando recibí una llamada telefónica de un compañero mío (otro Agente Medioambiental); no dispongo de manos libres, y tampoco me lo facilita mi empresa (la Junta de Castilla y León), y, dado que, se entiende, es una llamada de trabajo, descuelgo el móvil, aflojo la velocidad (no iba a más de 60 kms/hora), y me pongo a hablar con el compañero en cuestión.
Sirva de precedente que asumo que no conduzco un vehículo prioritario, pero sí un vehículo oficial de la Junta, estoy perfectamente uniformado, dentro de mi jornada laboral, y en el ejercicio de mis funciones. Sirva también como precedente que, cuando un compañero me llama al móvil, asumo que ya lo hizo por la emisora (esa no cuesta dinero, y móviles de empresa tampoco tenemos), y dada la precariedad de nuestras comunicaciones en zonas de montaña (aún usamos emisoras analógicas), ha optado por el uso del tfno., quizás (podría ser, ¡que se yo!), para tomar un café, o, tal vez, porque divise un humo en mi zona (incendio a la vista), o porque esté tirado en el monte con una pierna rota...
Pues bien: cuál es mi sorpresa cuando me rebasa un vehículo camuflado de la Guardia Civil, enciende el STOP que llevan detrás de la luneta trasera, y me mandan detenerme; después de identificarme debidamente, así como de revisar toda la documentación del vehículo, uno de los Guardias en cuestión -aparentemente en desacuerdo con su propio compañero, que, creo, entendió mis explicaciones- procede a denunciarme por el uso del móvil sin detener el vehículo.
Quede claro que le informé, nada más detenerme, de que los Agentes de Autoridad estamos autorizados al uso de dispositivos móviles mientras conducimos, siempre y cuando hayamos sido nombrados como tales. Y, de hecho, como no es la primera vez que ésto pasa (ya se ha denunciado a otros compañeros), yo llevo una copia de un oficio de la Dirección General de Tráfico, Subdelagación General de Normativa y Recursos, dirigido al Sr. Jefe Provincial de Tráfico de –cierta provincia--, en la que textualmente se lee:
“en el párrafo tercero [del artículo 18.2 del Reglamento General de Circulación, aprobado por Real Decreto 1428/2003, de 21 de noviembre] quedan exentos de dicha prohibición los agentes de la autoridad en el ejercicio de las funciones que tengan encomendadas.
[...]por lo que en el caso planteado, al tener el colectivo en cuestión la consideración de “agentes de la autoridad” de acuerdo con los Decretos 103/1996, de 22 de abril y 136/2002, de 26 de diciembre, de la Junta de Castilla y León, están incuídos en la excepción prevista en el artículo 18.2 párrafo tercero del nuevo Reglamento General de Circulación.”
Dicho oficio no es sino una respuesta de la Subdirección General al Jefe Provincial, debido a una consulta sobre el asunto por parte de nuestro Secretario General de la Consejería de Medio Ambiente de Castilla y León, realizada en el año 2004. (que ya viene de largo, vamos). Nuestro Secretario General se ocupó de hacer llegar dicho documento a todas nuestras oficinas entonces, y desde entonces poseo yo esa copia.
Vale que no está compulsada... Mea culpa.
He de decir que el Guardia Civil que me denunció fue en todo momento correcto y educado, como así mismo lo fui yo. Pero cursó la denuncia, alegando que ese papel para él no tenía ningún valor, y que, además, no estaba actualizado (desde el 2004 que tengo yo la copia, que más consultas de ese tipo, hasta donde yo sé, no se han hecho, y quedando claro una vez, pienso, ni se necesitan). También me aseguró que se ocuparía de consultar todos estos extremos con sus superiores, y, honestamente, le creo.
¡¡Pero me jode, coño!!
Me jode porque va a ser a mí a quien toque dar vueltas para no pagar la denuncia y no perder los puntos.
Me jode porque a nosotros, en el río, o cazando, nos conoce “todo dios”, y todos (incluído algún GC, que me ha pasado, reconozcámoslo, en todos los sitios se cuecen habas), y en la carretera ya no se nos conoce... ¡Ojo!, que hablo de una minoría, no de la mayoría.
Me jode porque tengo algún buen amigo que es GC...
Me jode porque no soy el primero que paso por ésto...
Y, sobre todo, porque siempre me he llevado bien con el Cuerpo: me han echado un cable cuando lo he necesitado, y yo también a vosotros... (Hemos hecho más de un servicio juntos, os he enseñado pistas forestales, lugares en los que se apuestan los cazadores, hemos colaborado en todo lo que hemos podido, tanto en furtivismo, como en investigación de causalidad de incendios forestales, en extinción, etc.)
Pero parece que hay alguno que no se quiere enterar; y no echo pestes de él: sé que está haciendo su trabajo, y que trata de hacerlo lo mejor que sabe, y puede...
¡Pero no “testes”, hombre!, que ya está bien.
(Para más señas: esto ocurrió esta misma mañana en una localidad leonesa, minera, en la que desde hace dos meses, se están produciendo disturbios por el cierre de la minería, y os puedo asegurar que he contado alguna mañana más de 50 GC en menos de 20 kms... ¿Si supiese que no puedo hablar por teléfono creéis que “testaría” yo, descolgando el móvil sin detener el vehículo fuera de la calzada?).
Saludos a todos, y perdón por extenderme, pero creo que era necesario exponerlo todo.
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