Archivada la denuncia por amenazas contra un capitán de la Guardia Civil.
La magistrada considera que no han quedado demostrados los hechos denunciados.

R. S. | IBIZA *La denuncia presentada por una mujer por amenazas contra un capitán de la Guardia Civil ha sido archivada. Según Sonia Posilio Fernández, detenida junto a otras siete personas en una redada el pasado 10 de mayo, el capitán la amenazó y se mofó de ella cuando se cayó por las escaleras del cuartel de Can Sifre después de comunicarle que estaba en tratamiento psicológico. La jueza que ha dictado el auto de sobreseimiento de la causa considera «que no han quedado acreditados los hechos denunciados».

Posilio y su madre, Pilar Fernández, propietaria de varios clubes de alterne en la isla, acudieron indignadas a los medios de comunicación para denunciar lo sucedido. Sin embargo, la magistrada no ha creído su versión de los hechos.

Siguieron el rastro de un iPad
La investigación comenzó el 2 de marzo, cuando unos ladrones asaltaron un chalé en Cala Jondal. El propietario fue amenazado, amordazado y maniatado. Aprovechó un descuido de los delincuentes para escapar saltando por una ventana, por lo que resultó herido en ambas piernas. Los agentes de la Benemérita que se hicieron cargo del caso siguieron el rastro dejado por un iPad, uno de los objetos sustraídos. La tableta electrónica tenía activado un sistema de localización, que encaminó a la Guardia Civil hacia uno de los clubes de alterne que regenta Fernández en la isla.

Un equipo del insituto armado se desplazó desde Mallorca, dirigido por el jefe del equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Palma denunciado. Los agentes registraron el 10 de mayo un club es es Pratet y detuvieron a siete personas, entre ellas Fernández y Posilio.

Una de las arrestadas es una camarera, la novia de uno de los que asaltaron el chalé de Cala Jondal, según informaron fuentes de la invetigación. Su pareja le había regalado el iPad. Esta mujer vendió la tableta a la propietaria del local, Fernández, que se lo regaló a su hija, por lo que ambas fueron arrestadas, aunque quedaron en libertad el mismo día.

En un primer momento fueron acusadas de un delito de receptación (venta de objetos robados). Solo tres de los detenidos en la operación declararon en el juzgado de guardia. Quedaron en libertad con cargos mientras continúan las investigaciones.

Posilio y Fernández aseguraron que no sabían que el iPad había sido robado. «Queremos destacar el comportamiento de los agentes que hicieron la redada, se comportaron muy bien con nosotras», añadieron. «Cometí un error, compré la tableta porque tenía mucha confianza con la camarera, que trabaja en el club desde hace cuatro años», reconoció Fernández, que calificó de «gentuza» a los ladrones que asaltaron el chalé de Cala Jondal.


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