Detecto críticas de unos que parecen conocer o haber conocido al Coronel. Luego hay otros que claramente no saben quién es ni lo que hizo (salvo lo que pone en la prensa).

La crítica de los primeros, la entiendo. No la comparto, pero la entiendo.

La crítica de los segundos es ridícula y patética. Tan ridícula y patética como el resquemor de un acomplejado que se alegra de los males de aquellos a quienes envidia.

O igual no...