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  1. #11
    Cita Iniciado por albastra Ver mensaje
    Las Banderas y esas cosas.

    Habitualmente me cruzo por la calle con gente que me saca el tema “cataluña”, esperando de mí una reafirmación en su parecer, me resulta muy complicado explicarles a todos y cada uno de ellos lo que de verdad pienso sobre ello, así que lo expongo a continuación:

    Hablar de los nacionalismos siempre levanta ampollas, de un lado del otro o incluso de los dos.

    Si eres nacionalista de cualquier signo abre tu mente y sigue leyendo, aquí hay mensaje para todos, ten paciencia.

    Para empezar deberé contar mi experiencia personal: Con 19 años de edad y apenas año y medio en la Guardia Civil, en la década de los 80, pase destinado a una de esas zonas malditas para nosotros.

    No olvidaré nunca el día en que llegué a la puerta de la Comandancia, dónde debía presentarme para recibir mi destino y cumplir los tramites de rigor. Los alrededores del Cuartel estaban llenos de vehículos blindados a modo de parapeto, justo al llegar estaban haciendo el cambio de guardia y salían del interior varios compañeros pertrechados de chalecos antibalas y fusiles de asalto.
    Juro que estuve a punto de decirle al taxista que se diera la vuelta y me llevara hacia la estación del tren de nuevo. Esta no era la Guardia Civil que yo conocía o a la que aspiraba, yo tenía vocación de servicio a la sociedad no la de defenderme de ataques de asesinos.

    Pero en fin, era lo que tocaba por aquel entonces, si quería regresar pronto a un destino más acorde con mis espectativas, debía pasar por allí.

    Pronto pude sentir la sensación de que yo era alguien que nada importaba su vida para un gran sector de aquella sociedad, únicamente era un uniforme, no había persona dentro de el. Me habían cosificado, la forma más “humana” de justificar el asesinato de alguien.

    No tardando mucho, un mes para ser exactos, empecé a ver atentados muy de cerca, afectando a compañeros en algunos casos cercanos a mi entorno. Es indescriptible la sensación de frustración, dolor e impotencia que pude sentir.

    Mi curiosidad innata me hizo intentar averiguar que pensaban aquellas personas para las que yo no era más que un uniforme y para las que mi muerte no significaba nada o incluso en el peor de los casos podía ser un motivo de alegría.

    La única conclusión a la que llegué es que una parte importante de aquella sociedad había enfermado, de un virus difícilmente curable: la xenofobia. Y lo peor, la parte enferma, como buenos radicales, silenciaba al resto. Cualquiera que disintiera era tachado de cómplice de los “ocupadores” y podía ser señalado como objetivo potencial del radicalismo, lo que condenaba a la mayor parte de aquella sociedad a vivir en una dictadura encubierta.

    Aquella situación sólo originaba dolor a todas las partes, incluso a los “enfermos”. Y para mí fue una de las experiencias que más marcó mi personalidad, si ya creía poco en los nacionalismos los abandoné por completo. Las banderas sólo daban origen a conflictos entre personas que probablemente en cualquier otra circunstancia y sin haber símbolos de por medio tendrían más cosas en común de las que les diferenciaran.

    Por otro lado y quizás lo que más me repugnaba era el uso que los dirigentes de ambas partes hacían de este conflicto, usándolo para sus intereses políticos, polarizando a la sociedad en un lado o el otro. Sentando la premisa de que él que no está conmigo está contra mí.

    Para esto último cabe una reflexión: Algunos de estos políticos lo harían por convicción, lo cual denota una ceguera mental de difícil solución, pero seguro que hay otros que siendo conscientes del daño que originaban con su actitud, lo hacían única y exclusivamente para alcanzar sus intereses y esto es simplemente repugnante, más propio de un psicópata que debería ser aislado, que de una persona que deba ocupar un cargo de responsabilidad.

    Dicho lo anterior con que clase de raciocinio puedes ser cómplice y apoyar o incluso votar a semejantes radicales de un lado o del otro.

    Si has llegado hasta aquí en tu lectura y has aprendido algo sobre el sufrimiento que originan las banderas y sus radicales de ambas partes, exige a tus gobernantes que negocien, negocien y negocien, no repitamos la historia.

    Ninguna postura radical ayudará a solucionar los conflictos sin sufrimiento y seguro que sabes quienes son los que acaban sufriendo siempre.

    Si has aprendido algo, piensa un poco antes de pulsar un RT o un MG cuando veas un mensaje que alimenta el odio de un lado o el otro. No seas cómplice de los descerebrados o de los psicópatas.
    La perorata eterna. Equiparar víctimas con los verdugos. Sin ninguna base intelectual, con supina ignorancia, pero haciendo gala de muchísima estulticia. Mucha impostura y demasiadas ínfulas para juntar letras con tan poca fortuna. Muy poco conocimiento... que viene a demostrar las pocas lecturas que hay detrás. Pocas ideas, muy primarias y muy básicas, un pensamiento muy reptiliano, nada estructado. Se requiere más preparación, un poco más de estudio y experiencias menos sectarias cuando se destila tanta soberbia... Cuando mas antes de incurrir en las mismas falacias e insidias de siempre.

    Nada nuevo bajo el sol. La falsa equidistancia que esconde el apoyo al supremacismo naZionalista.

    Ese discurso lo hubiera firmado Quin Torra y se hubiera quedado tan pancho.
    Última edición por corleone79; 02/09/2018 a las 14:39

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