Debo felicitar al compañero albastra, lo siento de verdad y aunque no esté de acuerdo en determinadas cosas que ha dicho, se atreve a compartir una opinión muy minoritaria en el cuerpo.

A veces, cuando sale el tema político con los compañeros (porque sale, lo sabéis, los servicios son muy largos), parece que si no eres del club de Federico Jiménez los Santos, la COPE y compañía, eres lo que hoy en día se resume como podemita.


Jamás defenderé ningún nacionalismo (jamás). Me da igual lo que de mí se piense, o como me decía un compañero con el que he debatido mucho (y muy sanamente por cierto), "mírate la bandera que llevas en la manga antes de decir eso". En la manga llevo la bandera de mi país, y como tal le debo lealtad porque me lo ha dado TODO (educación, sanidad, costumbres, amigos, familia, etc). Pero eso no me impide hacer autocrítica (desde mi posición privilegiada de haber nacido en un país tan próspero como el mío) y afirmar que preferiría llevar en la manga la bandera de Europa, o mejor todavía, una que pusiera "Policía del mundo".


Porque yo me metí aquí, para ser la delgada línea que separa las buenas personas de las malas personas. Punto y final. Y no os equivoquéis, buenas y malas personas las hay de todos los tipos: españoles y extranjeros; blancos y negros; catalanes y murcianos; hombres y mujeres; INDEPENDENTISTAS Y GUARDIAS CIVILES. Porque sí señores, me he encontrado con algún compañero que me han entrado ganas de ponerle los grilletes a él antes que al reo. Y sabéis de qué tipo de gente hablo. Si no somos autocríticos, la guardia civil no mejorará.


Y como he recibido una educación de primera categoría (yo la considero así, y lo digo de corazón), en colegio, instituto y universidad PÚBLICA, yo me pregunto varias cosas.


Según la corriente mayoritaria del movimiento "antiseparatista", y creo que pueden tener toda la razón del mundo, los catalanes tienen la cabeza lavada por haber delegado la educación en las autonomías. Vuelvo a repetirlo: creo que puede ser el motivo principal y no estáis equivocados.


Bien, y entonces ¿qué? Si vosotros hubierais nacido en Cataluña, hubierais visto la luz, que os estaban engañando, y no os habríais dejado lavar el cerebro? O estaríais ahora mismo alzando una estelada en primera línea de manifa contra compañeros de verde y azul?

Si estamos dando por válido que el problema es que nuestra educación es la buena y la suya la errónea (vuelvo a repetirlo porque ya estoy escuchando las garras afilar: ESTOY DE ACUERDO), estamos en una posición privilegiada según la cual no debemos caer en provocaciones, ni en insultos, ni en odio. Una posición en la cual habría que sentarse a hablar y debatir, y no hablo de debates de cadenas compradas, hablo de que la gente se sentara y se preguntara si este libro de historia dice la verdad, si esta fuente es correcta. Que contrastara los hechos con distintas fuentes, que viajara y escuchara. Lo que no podemos consentir es que por culpa de 4 INTERESADOS EN SEGUIR CALENTANDO EL CARGO se llegue a la violencia, porque al final así es como termina todo. El pueblo paga lo que los elegidos no han sabido arreglar. Y son elegidos por algo me cago en mi estampa.

La violencia es el último recurso del incompetente.


De verdad, que no hay nada que me dé más lástima, que dos personas civilizadas no sepan sentarse a escuchar una posición del extremo opuesto sin entrar en subidas de tono, insultos y banalidades.


Ojalá alguien se dé cuenta de una puñetera vez que el mono que se escuda detrás de una bandera para ejercer violencia física o psicológica, le da igual el color de la bandera, lo único que busca es la excusa.


Que tengáis buen servicio, compañeros.


PD: Si pudiéramos respirar hondo antes de insultar a gente que viste el mismo uniforme, sería fantástico. Pero al final la guardia civil es un reflejo de la sociedad. Ni más ni menos. Solo imaginad que alguien lee estas páginas desde fuera, sin ser del cuerpo... Es que no podemos caer tan bajo. De verdad que no. Este uniforme lleva una responsabilidad inherente que se nos olvida con asombrosa facilidad (a mí el primero).