Hombre. Si tenemos en cuenta que aquello de ser bachiller era sinónimo de fascista casposo, aunque por mucho que digas que D. Miguel de Cervantes lo era nadie te creerá, o simplemente te dirán: ¿Miguel de queeeee?, y poco a poco la educación ha pasado a ser adoctrinamiento y multitud de “chorradicas” aparentemente sin importancia pero que van calando y allanando el camino, y luego sumamos eso de aprobar los cursos desde abajo sin tener ni pajolera idea; pues no me extraña que aquellos estudiantes, ahora nuestros dirigentes, estén acostumbrados a “tener cultura” de mentirijillas o por la patilla. Cosas de la democracia.

Antes, en la época de la República y la del “Tío Paco”, sobre todo en la guerra y la postguerra, era normal que la gente no tuviese cultura. No podían ir al colegio. Pero hoy día el que no tiene cultura es porque es un tarugo o un vago de solemnidad.

Menos mal que de vez en cuando nos cruzamos con gente joven con una gran preparación y un nivel profesional de quitarse el sombrero. Tendremos que confiar en que lo cutre, la incultura, el vivir de la mentira y del cuento, no prevalezca sobre lo positivo y lo mal visto y condenable sean los parásitos sociales, que haberlos, hay más que chinches en costura, y encima son los que más protestan y más derechos dicen tener.

Amén.