El “agárrate a mi María” es la segunda canción dedicada a María, su hija. La niña ( hoy mujer) era el fruto de su relación con Almudena, de la que se separó por ser incapaces ambos de mantener un cierto equilibrio sentimental debido a los altibajos continuos de Enrique.
“Agárrate fuerte a mí, María, agárrate fuerte a mí, que tengo miedo y no tengo dónde ir” toda una confesión de sentimientos íntimos. Anteriormente la dedicó otra canción en que expresa la infinita alegría que supuso el nacimiento de la niña y el rayo de luz y esperanza que su hija representaba: “Pero a tu lado” .
“Ya no persigo sueños rotos, los he cosido con el hilo de tus ojos, y te he cantado al son de acordes aún no inventados” Hay que tener una sensibilidad muy profunda y un amor infinito para escribir de esta manera los sentimientos.
Otra de las características de Enrique Urquijo Prieto ( nunca hay que olvidar el apellido de nuestras madres) era la belleza musical con que interpretaba versiones de rancheras ( heredada de las canciones que le cantaba su abuela cuando era pequeño).
De él decía su última pareja, Pía Menchot : “ Él no sabía vivir en este mundo” Lastima que Enrique viviese en una época y en una sociedad como la nuestra, en la que un irresponsable decía que “¡al loro”, hay que colocarse”…. Lástima.
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