La vocación, en mi opinión, es algo muy íntimo que no se exterioriza ni se demuestra. Un buen profesional puede tener muchas motivaciones, muchos valores y mucha entrega. Pueden basarse en la mera vocación de servicio, o pueden basarse en otros valores, otras motivaciones. No importa su origen si al final el resultado es el mismo: un compañero que sea leal al que tiene a su lado y que cumpla su compromiso con el ciudadano.

La lealtad va en la persona, y el compromiso puede venir de una vocación o sencillamente de un sentido del deber y la responsabilidad de haberse comprometido.

La vocación ayuda a mantener viva la motivación, y ayuda a no desilusionarse, a no dejarse intoxicar y a no perder la esencia con los años. Pero esto también puede conseguirse con un carácter firme y una fuerte personalidad.

A mi no me importa si mi compañero tiene o no vocación. Como he dicho al principio, es algo íntimo me importa que responda y que trabaje a mi lado codo con codo.

El que quiera entrar aquí debe tener claro que, a pesar de los reveses y las zancadillas que puedan ponernos las personas que forman la Guardia Civil, jamás debe dejar tirado a su compañero, ni olvidar su compromiso con el ciudadano. Una cosa es la Dirección General de la Guardia Civil, y otra la Guardia Civil. Quien sea capaz de no olvidar esto, por mi parte, será bienvenido.