"Es la montaña de la familia": los cuerpos de élite buscan a Blanca en Siete Picos

Policía y Guardia Civil traen a las unidades expertas en alta montaña, apartan a los perros y recargan los drones para rastrear la zona más abrupta, adonde la medallista solía acudir

04/09/2019 05:00 - ACTUALIZADO: 04/09/2019 13:29

Los perros apenas pueden entrar. Tan solo los drones, los policías nacionales y los guardias civiles más expertos acceden a la zona. "La montaña de los Siete Picos es la preferida de la familia Fernández Ochoa", admite Adrián, el marido de Dolores, la hermana de Blanca, desaparecida desde el pasado 23 de agosto, cuando dijo a su hija Olivia que se iba a "hacer senderismo al norte". Es una de las pocas áreas de la sierra de Cercedilla que aún no han sido exploradas a fondo por las fuerzas de seguridad, que solo han peinado una de las caras. Pero Siete Picos tiene dos.

El otro lado será abordado previsiblemente a lo largo de la jornada de hoy. Para ello, han venido a Madrid desde distintos puntos de España los especialistas de montaña de la Guardia Civil y los servicios de operaciones especiales de la Policía Nacional. "Estamos tratando de traer personal más cualificado", aseguran desde la benemérita. El Grupo de Acción Rural, especializado en perseguir terroristas en las montañas vascas; la Unidad Especial de Intervención, que maneja los dispositivos aéreos no tripulados, y el Grupo Especial de Operaciones (GEO), el cuerpo de élite de la Policía Nacional, trabajaron ayer sobre la cara ya explorada y abordarán hoy la no visitada.

Esperan encontrar en esa alta montaña lo que hasta el momento no han hallado en 3.500 hectáreas de zona central de la sierra y aledaños de los Siete Picos, algún rastro de la exesquiadora olímpica, la mujer que durante años ilusionó a millones de españoles con sus ganas de ser la primera medallista femenina de unos JJOO. Ni Bone, Kai, Lady, Black ni Nina, los perros que trabajaron en el caso de José Bretón o de la peregrina norteamericana Denise Pikka Thiem, ni Brutus ni Benji, los que rastrearon las ruinas del edificio derruido de la madrileña calle de Martínez Campos, han logrado hasta el momento olisquear pista alguna que ayude a los investigadores, liderados por el grupo de Desaparecidos de la Policía Nacional.
Estos últimos tan solo cuentan con el coche de Blanca, un Mercedes clase A negro encontrado el pasado domingo en el aparcamiento de Las Dehesas, en Cercedilla, donde desde entonces se centran las tareas de búsqueda, en las que, además de la Policía, la Guardia Civil, los agentes forestales, diferentes policías locales y los Bomberos, también participa un centenar de voluntarios. La mayoría de ellos son montañeros expertos. Algunos, amigos de la familia Fernández Ochoa, y otros, simplemente vecinos que tienen ganas de ayudar.

"Son montañeros que conocen muy bien la zona, que saben dónde hay lugares o cuevas que no están a la vista y que ni siquiera los agentes de la Guardia Civil sabían que existían", explican desde la benemérita. Todos ellos colaboran en las zonas de menos riesgo, pero igualmente complicadas, ya que se trata de un área "muy extensa, con orografía muy abrupta y mucha vegetación que impide la visión", según explican los portavoces de la Guardia Civil desplazados a la zona, que aventuran que hoy ninguno de ellos acompañará a los especialistas de montaña de las fuerzas de seguridad.
Todos los voluntarios, antes de comenzar las tareas de búsqueda, fueron instruidos por expertos de la Policía Nacional, que dirige la investigación. "Han recibido una breve formación en la que básicamente les explicábamos cuestiones elementales de una investigación judicial", explican desde la Policía. "Si ven algo, por pequeño que sea, por ridículo que pueda parecer, deben fotografiarlo y comunicarlo al responsable del grupo, siempre sin tocar el objeto en cuestión", añaden. "Luego, el jefe de grupo avisa al puesto de mando, que informa a la familia para que esta identifique lo encontrado, ordena acotar el lugar y llama a la Policía Científica", afirman desde la Jefatura Superior de Madrid, que también asegura que los voluntarios no deben separarse. "Es fundamental que nadie se pierda ni haya más accidentes", añaden las mismas fuentes.

Blanca desapareció el pasado 23 de agosto, pero inicialmente la familia no se alarmó porque la medallista olímpica le había dicho a su hija Olivia —jugadora de la selección española de rugby— que se iba a "hacer senderismo al norte cuatro días". Hasta el día 28, sus hermanos e hijos no decidieron dar un paso adelante, cuando se cumplieron esos cuatro días y Blanca seguía sin dar señales de vida. Fue esa jornada cuando su hermana Dolores descubrió que la desaparecida se había dejado el móvil en casa. "Por eso no contestaba las llamadas", recuerda Adrián, el marido de Dolores.

Él ha sido designado portavoz de la familia y aclara que su cuñada pasó una mala época hace 12 años, cuando se divorció, pero que ahora se encontraba perfectamente. Adrián solo baraja una línea de investigación, la de que Blanca fue allí voluntariamente, como entiende la Policía, y que quizás en algún momento se accidentó o desorientó. El cuñado de la deportista destaca que ahora mismo la familia está muy unida, también los que antes formaban parte de la misma, como exmaridos o exmujeres, que han acudido a Cercedilla para apoyar a los hermanos e hijos de Blanca. Admite que no puede contestar los centenares de mensajes de ánimo que está recibiendo por WhatsApp. "Todo el mundo con muy buen rollo y mucho cariño", describe.

https://www.elconfidencial.com/espan...picos_2208335/
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Doce días sin Blanca Fernández Ochoa

La aparición del vehículo de la exesquiadora olímpica ha puesto en marcha «la mayor batida de la historia» de la Comunidad de Madrid

Miércoles, 4 septiembre 2019, 12:01

Desde que se marchó de la casa de su hermana Lola y su cuñado, Adrian Federighi, el pasado 23 de agosto y fue captada por las cámaras de un supermercado de Pozuelo de Alarcón (Madrid), el paradero de la exesquiadora olímpica Blanca Fernández Ochoa ha sido un misterio para investigadores y familiares. Su coche apareció este domingo por la mañana en un estacionamiento al aire libre de Las Dehesas de Cercedilla, lo que provocó el inicio de una búsqueda que cumple este martes su tercer día.

Una «desaparición voluntaria»

La principal hipótesis de la Policía Nacional y la Guardia Civil es que Blanca Fernández Ochoa desapareció «de forma voluntaria», aunque no descartan otras opciones excepto que se haya producido de forma «violenta». El cuñado de la deportista ha explicado que a las 19:00 horas del día 24 preguntó a su esposa por Blanca para ver el partido del Real Madrid pero que ésta la buscó y le dijo que no estaba en la casa, a la que se había trasladado esos días.

Al término del partido, al ver que Blanca seguía sin aparecer, hablaron con su hermano Juanma y con la hija de Blanca, Olivia, momento en el que esta dijo que su madre había explicado que se iría cuatro días al norte a hacer senderismo, motivo por el cual -ha dicho- «nos fuimos a dormir tan tranquilos». La exdeportista se había marchado sin su teléfono móvil y tampoco se registra ningún movimiento en su tarjeta de crédito, aunque su familia asegura que nunca solía utilizarlas.. «No estoy bien. Necesito estar sola y pensar. Quizá haga el camino de Santiago. Ya te llamaré», fueron las últimas palabras que Ochoa le dijo el pasado 23 de agosto a su hermana Lola

El cariño de Cercedilla

En Cercedilla, un pueblo enclavado en la sierra de Guadarrama de 6.900 habitantes, era habitual ver a los Fernández Ochoa. Todo comenzó cuando el padre de la familia, Francisco Fernández, conserje en la Federación Española de Esquí, se casó con Dolores Ochoa, cocinera de la institución. La nieve marcaría la vida de este matrimonio, que a mediados de los años 60 no dudó en cambiar su residencia del madrileño barrio de Carabanchel a la estación de invierno del Puerto de Navacerrada. Allí regentaron una panadería, mientras que Fernández se ocupó de la Escuela Esquí, Ochoa trabajó en el restaurante propiedad de sus padres.

Después de los éxitos deportivos del mayor de los hermanos, oro en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1972, en Sapporo (Japón), y de la propia Blanca, bronce en Albertville (EE UU) en 1992, el pueblo erigió una estatua en bronce para él y nombró una calle en honor de ella.

Debido a esta relación de mutuo aprecio, durante estos días, el Ayuntamiento de Cercedilla ha recibido un número masivo de peticiones para colaborar en la búsqueda de Fernández Ochoa. Todo el que quiera participar debe demostrar estar apto para la búsqueda y tener experiencia como senderista y conocimiento de la sierra del Guadarrama. En total, unas 500 personas participan en la búsqueda.

«La mayor batida de la historia de Madrid»

Como reconoció este lunes la delegada del Gobierno en Madrid, María Paz García Vera, la búsqueda de la exesquiadora se ha convertido en «la mayor batida de la historia de la Comunidad». Los efectivos están peinando una zona que abarca 3.500 hectáreas en un área que en línea recta cubre unos 30 kilómetros de bosques de pino y monte bajo, desde los valles a los riscos, y que abarca desde La Peñota en el término municipal de Los Molinos, al puerto de Navacerrada, Incluida la vertiente segoviana de la montaña. Pese a todo, el operativo en el que participan casi medio millar de personas sigue sin conseguir su objetivo.

Este martes, la Policía y la Guardia Civil ha empezado a utilizar drones para la búsqueda con el objetivo es alcanzar las zonas de difícil acceso. Se trata de tres aparatos de la Policía Nacional, tres de la Guardia Civil y uno de los Bomberos. Según explicó uno de los pilotos de dron del instituto armado, adscrito a la Unidad Especial de Intervención, el dron empleado tiene dos cámaras, una es diurna con un zoom muy potente y la otra detecta diferencias térmicas. «Hemos trabajado apoyados por un compañero especialista en montaña -GREIM- y nos iba diciendo las zonas donde teníamos que ir inspeccionando», explica el guardia civil. «Eran zonas muy escarpadas, casi imposibles para una persona a pie e incluso para verlas en helicóptero, porque con el dron nos podemos meter incluso en las grietas», añade.

La novedad este miércoles es la incorporación de lanchas del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil que recorrerán, principalmente, el embalse de Navacerrada para buscar nuevas pistas. Fuentes de la investigación han explicado que estos efectivos buscarán en «todas la zonas de agua» próximas al operativo.

Orografía peligrosa

Nadie en Cercedilla duda de la experiencia como senderista de Blanca Fernández Ochoa, que además conocía la zona desde niña. Sin embargo, dentro de la sierra del Guadarrama hay una zona que destaca por su especial peligrosidad: los Siete Picos. Esta montaña de 2.318 metros de altitud, a la que los rescatistas ya denominan la «zona cero», está trufada de grietas y desniveles que ya han causado víctimas mortales ya que se trata de una zona muy técnica en la que cualquier resbalon puede costar muy caro. En septiembre 2011, allí desapareció un ciclista madrileño y sus restos se encontraron dos años más tarde de forma casual. Si alguien se precipita en dicha zona, su localización se complica.


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