El mandato del director general Azón ya estaba amortizado y con las asociaciones y colectivo de guardias en contra de sus gestión.
No se han realizado las reformas necesarias que necesitaba el cuerpo para alcanzar la operatividad en seguridad ciudadana y por otro lado los derechos socio laborales tampoco han mejorado, sino al revés, tenia visos de empeorar.
El balance no es positivo.