Además de lo que ya he propuesto, siempre me dejo en el tintero una cosa que también es muy importante, al menos desde mi punto de vista. Y es que aquél político que haya sido condenado en firme en el ejercicio de su trabajo, además de las penas que pudieran corresponderle de cárcel, devolución de lo robado o malversado, e incluso embargo de sus bienes, todas las sentencias deberían llevar aparejado el de inhabilitación perpetua para el desempeño de cualquier función o cargo público.
No como ahora, que sale el tío por un lado y entra por otro.
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