Preciosa foto. Que brío se le ve, poderoso con ese cuello. Pues me pellizcaría para ver si era realidad o un sueño.
Me has hecho recordar que en algunas ocasiones monté un caballo tan grande que necesitaba “ayuda” para poder trepar hasta su lomo, jejejej….había sido un caballo de rejoneo, castaño, con temperamento y nobleza….sin embargo conmigo era como un dócil perrito, me seguía mansamente sin necesidad de tirar de las riendas. Con su propietario se llevaba muy mal, por tener un …..bestia….como propietario.
Te agradezco mucho compartas estas fotos.
Un saludazo Manuel.