Si de algo se tacha a Gordillo no es de falta de honradez, en todo caso de hipocresía ya que se permite criticar una y otra vez un sistema que lo sustenta, un sistema que le subvenciona su utopía comunista y que le permite actuar en libertad y casi impunidad. Esa no es la honradez que se necesita de un político, sino la de aquél que con su buen hacer genera riqueza, aunque sea para que luego cuatro cantamañanas como éste la repartan a su conveniencia.
Sinceramente, me gustaría ver como se las apañaba únicamente con aquello que producen en Marinaleda, sin recibir subvencinoes, sin disfrutar de servicios estatales o autonómicos como la seguridad, la educación, la sanidad, las telecomunicaciones. Quizá tuviera que hacer un muro, como en Berlín...
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