Por cierto, que se me olvidaba, estuve destinado en un puesto que no existían pabellones, ni cuartel vamos, eran unas oficinas anexas a la antigua plaza de abastos de la localidad, y el ayuntamiento cedía a los allí presentes unas casas prefabricadas que para vivir, la verdad que no valían, pero para los dobletes o tripletes venían de escándalo.
Eso sí el agua y la luz te la pagabas tú.
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