El 15 de septiembre de 2008 el banco de inversión Lehman Brothers anunciaba su quiebra, inaugurando la mayor crisis económica que ha conocido la humanidad en su historia reciente. Casi cuatro años después, aunque somos perfectamente conscientes del tipo de prácticas que nos han llevado al desastre, parece que los profesionales de las finanzas siguen comportándose de la misma manera.
Una encuesta realizada por el despacho de abogados neoyorquino Labaton Sucharow, entre 500 profesionales de las finanzas de Londres y Nueva York, llega a una aterradora conclusión: la mala conducta sigue estando muy extendida entre la industria financiera, hasta tal punto que el 26% de los profesionales de la misma han sido testigos directos de algún tipo de práctica ilícita o poco ética en el trabajo. Además, pese al enorme impacto de la crisis, y los esfuerzos gubernamentales por atajar las conductas que han provocado esta situación, el 24% de los profesionales de la banca sigue pensando que la única manera de tener éxito es comportarse de manera ilegal o, al menos, poco ética. El 16% va más allá, y asegura sin tapujos que cometerían un delito de tráfico de información privilegiada si pudieran evadir con seguridad las represalias.
“Cuando la mala praxis es común y está aceptada por los profesionales de las finanzas, la integridad de la totalidad del sistema financiero está en riesgo”, asegura Jordan Thomas, socio de Labaton Sucharow y promotor de la encuesta. “En esta era de escándalos corporativos debemos dirigir nuestras energías a fomentar la ética empresarial, animando a los profesionales a denunciar las conductas irregulares, tanto interna como externamente”.

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