Venga, Sánchez Gordillo, échanos a todos
El alcalde de Marinaleda por Izquierda Unida, Juan Manuel Sánchez Gordillo, está de enhorabuena. Con sus dos homenajes a Curro Jiménez, contra dos supermercados y sus honrados trabajadores (desde aquí nuestra más sincero apoyo y solidaridad con las víctimas), ha conseguido una repercusión notable en los medios. Así, estos dos robos cometidos bajo el pretexto de dársela a los pobres y de paso denunciar la pobreza (luego los pobres no vieron ni un restillo de dicha comida) o a saber qué, pretenden convertirse en el inicio de una revolución social. Unos jóvenes descerebrados con ganas de farra, dignos descendientes de los parias de la tierra, se han puesto a la vanguardia de esta movilización social llevándose los productos de primera necesidad (tales como jamones y alcohol) de otro supermercado.
Que una persona de semejante nivel intelectual, inmunidad parlamentaria mediante, pueda lograr que unos jóvenes asalten supermercados sin que directamente lo ordene, no debería sorprender a nadie. Se llevan sentando las bases para esto durante toda la época democrática. Sin despreciar la parte de responsabilidad que tienen las familias de los críos, que las tiene y muchas, son los políticos andaluces quienes han sentado las bases jurídicas y económicas para que esto ocurra. Y esto lo han hecho haciendo que la poca economía existente dependa de sus prebendas. Si hay cualquier problema con un “sector”, lo primero que hace ese sector es cortar una carretera o el centro de la ciudad las veces necesarias hasta que la Junta de Andalucía les hace caso. Y educamos a nuestros hijos con esto. Que esos jóvenes se llevaran lo más lujoso, caro u ocioso es lo de menos.
¿Y ahora, qué? La situación económica y social, aunque socialmente durísima, no está para asaltar supermercados. No hay hambre, y los comedores sociales funcionan bien. No hay escasez. Éste es un grandísimo éxito del capitalismo que a nadie le importa, y lo ha conseguido en una situación jurídica y económica muy adversa. Lo grave sería que no existiera comida en los supermercados.
Sánchez Gordillo, amparado en su inmunidad parlamentaria, se cachondea del Ministro del Interior y promete que seguirá asaltando supermercados. Además, ha sembrado la semilla del desprecio a la propiedad privada, su auténtico objetivo.
A mí ahora mismo no me preocupa lo que haga ese delincuente común con patente de corso. Me preocupa cómo lo interpreten los jóvenes andaluces. Porque de aquí la gente, y especialmente los jóvenes, se está yendo a patadas. Y los asaltos de Sánchez Gordillo, aunque sean sólo una gota, es una gota más en el mar de desesperanza que vive esta generación. Cuando esa generación se largue y no vuelva salvo para la Feria del pueblo, ver a la familia ir a la playa, y sin una clase media mínimamente sensata que le ridiculice convenientemente, Sánchez Gordillo estará a sus anchas para hacer lo que quiera y reclamar todas las subvenciones posibles. Con un poco de suerte, Andalucía será la Marinaleda de España.
Lo dice un joven andaluz que no piensa volver.
http://www.desdeelexilio.com/2012/08...hanos-a-todos/
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