Uf….este es un tema que tiene múltiples lecturas, y en el que se alcanzan distintas conclusiones en función de las situaciones, tipología de acción, y personal involucrado.
En primer lugar no es lo mismo las actuaciones con arma corta en situaciones estrictamente militares, que en actuaciones de tipo policial; e incluso dentro de las acciones policiales no es lo mismo tener arma corta en una escolta de alto riesgo, que en una simple patrulla de seguridad.
También habría que tener en cuenta el tipo de arma. Hoy se utilizan armas muy sofisticadas, de poco peso, con gran capacidad de munición en los cargadores, de doble acción, y con muchos mecanismos de seguridad. Este tipo de armas son las ideales para acciones policiales; aunque no las considero las mejores en actuaciones militares, donde debe prevalecer la dureza, la resistencia , y casi la ausencia de mecanismos sofisticados.
Incluso en el tipo de munición hay diferencias sustanciales. No es lo mismo una cartuchería con el proyectil encamisado que otra en que el proyectil sea deformable. La capacidad de parada (stoping, creo que lo denominan) es distinta en función de las acciones y el calibre.
De todas formas, creo que en esto ocurre lo mismo que en los reglamentos y leyes para conducir: hay normas generales para una diversidad de automóviles y tipología de conductores.
Entiendo como positivo que, globalmente, se exija no llevar un cartucho en la recámara, ya que es evidente que la preparación en el uso de las armas es más bien escaso y muchas veces muy deficiente; pero no lo considero operacional en determinados casos muy concretos. Considero que tendrían que ser los mandos de determinadas unidades los que, sabiendo y conociendo de antemano la capacidad técnica de sus componentes, optasen por una opción u otra.
Aquí, como en todo, es el ser humano quien determina la opción, y conociendo al personal y sus circunstancias, mejor no tentar al diablo.
Por lo menos así opino yo.
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