No entiendo mucho de futbol ( más bien nada) y solamente he estado una vez en un estadio; pero con estar solamente una vez comprendí al instante el inmenso negocio que es. Para los clubs, para los jugadores, para los que se mueven alrededor de ese mundillo; incluso es beneficioso sicológicamente para los que lo siguen o los que se gastan los cuartos para verlo.
Si esta gente gana tantísimo dinero es porque hay una inmensa mayoría que lo sigue y con su interés y su seguimiento generan el negocio; por lo tanto no debe escandalizarnos las cantidades astronómicas que genera, ya que somos los “usuarios” los verdaderos motores de ese río de dinero.
Referente a la estupidez o a la clarividencia de los jugadores, pues no hay que darlo tampoco muchas vueltas. Son chavales muy jóvenes a los que (otra vez) los “usuarios” han encumbrado hasta convertirlos en ídolos y ejemplos a seguir ( poca gente hay que tome por ejemplo a seguir a la madre Teresa de Calcuta), y por lo tanto, como no se diferencian en nada al resto de los componentes de la especie homo sapiens, pues tienen sus particularidades intrínsecas a su edad y al lugar en que socialmente los colocan. Además, estoy seguro que ninguno de los que critican al luso, o a cualquier otro, dejarían de ganar ese pastizal si estuvieran ellos en sus mismas circunstancias. Qué ya lo dice la canción esa: “todos queremos más…más y más…y mucho más”
Qué sí. Que yo también os quiero.