Me da, querida Nefertari, que la cosa no es tan positiva como la tratan de pintar.

Veamos:

1) Reduciendo el nº de diputados se recorta la "calidad democrática" de esa institución. Es decir, recortando el número de "votantes" dentro de unas cortes se cierra notoriamente el abanico de opiniones, propuestas e iniciativas, además por supuesto de votos.

2) Se necesitaría un porcentaje menor del 50% de los votos necesarios actualmente, por lo que facilita el perpetuarse en el poder, y apuntalaría al bipartidismo, en la actualidad necesitado de este tipo de medidas ante las fisuras que se abrieron en las últimas generales.

3) Teniendo en cuenta la maniobra de Feijoo en Galicia, la medida no persigue beneficios económicos sino políticos. Reducir el número de diputados y mantener a todos sus asesores no supone un ahorro considerable, sin embargo si la medida fuera al contrario, es decir, mantener los mismos diputados y reducir a la mitad el nº de asesores, parece que supondría un ahorro seis veces mayor. Aparte, por supuesto, que el coste democrático para la sociedad se daría en el primer caso y en el segundo no.

4) ¿Estas reformas afectarán a la élite política adosada y endosada al Gobierno?, está claro que no, por lo que cada vez estas medidas tienen un mayor cariz de demagógicas (hacer como que se escucha al pueblo), a la vez que sirven para propio beneficio tanto político como particular de los dirigentes (por lo que comentaba en los anteriores puntos).

Se lanza una cortina de humo que no nos lleva a ninguna parte, bueno sí: a más de lo mismo.


NO SOLAMENTE NOS RECORTAN EL ESTADO DE BIENESTAR SINO QUE AHORA LE TOCA A LA DEMOCRACIA.