[quote user="Almutamid" post="836986"]Me da, querida Nefertari, que la cosa no es tan positiva como la tratan de pintar.

Veamos:

1) Reduciendo el nº de diputados se recorta la "calidad democrática" de esa institución. Es decir, recortando el número de "votantes" dentro de unas cortes se cierra notoriamente el abanico de opiniones, propuestas e iniciativas, además por supuesto de votos.

2) Se necesitaría un porcentaje menor del 50% de los votos necesarios actualmente, por lo que facilita el perpetuarse en el poder, y apuntalaría al bipartidismo, en la actualidad necesitado de este tipo de medidas ante las fisuras que se abrieron en las últimas generales.

3) Teniendo en cuenta la maniobra de Feijoo en Galicia, la medida no persigue beneficios económicos sino políticos. Reducir el número de diputados y mantener a todos sus asesores no supone un ahorro considerable, sin embargo si la medida fuera al contrario, es decir, mantener los mismos diputados y reducir a la mitad el nº de asesores, parece que supondría un ahorro seis veces mayor. Aparte, por supuesto, que el coste democrático para la sociedad se daría en el primer caso y en el segundo no.

4) ¿Estas reformas afectarán a la élite política adosada y endosada al Gobierno?, está claro que no, por lo que cada vez estas medidas tienen un mayor cariz de demagógicas (hacer como que se escucha al pueblo), a la vez que sirven para propio beneficio tanto político como particular de los dirigentes (por lo que comentaba en los anteriores puntos).

Se lanza una cortina de humo que no nos lleva a ninguna parte, bueno sí: a más de lo mismo.


NO SOLAMENTE NOS RECORTAN EL ESTADO DE BIENESTAR SINO QUE AHORA LE TOCA A LA DEMOCRACIA.[/quote]

De acuerdo, peeeero con algunos matices.
El primero va con el "namber guan" de tus primeros. Esa calidad democrática indirecta sería tal si los partidos políticos no hubieran tomado el poder, si no existiera la llamada, mal, por cierto, disciplina de voto o de partido, que hace que se imponga una única visión y no se tenga en cuenta las opiniones individuales de quienes conforman los grupos parlamentarios.

El segundo va con el punto de su mismo ordinal, por la sencilla razón de que ese intento de perpetuarse en el poder se puede volver contra quien lo impulsa, la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, que diría Pedro Navajas, la misma sorpresa que seguro se llevaría Barreda al perder las últimas elecciones cuando tenía controlados todos los resortes del poder, con lo que eso significa en términos electorales.

De acuerdo en los siguientes puntos en casi todo, pero por mucho que se trate de una cortina de humo, medida demagógica o como lo queramos llamar, no deja de ser un primer paso para racionalizar la gigantesca administración periférica. En definitiva, es un ejemplo que debería cundir en el resto de las taifas autónomas como primer paso para racionalidad nuestra configuración territorial.

Por último, resulta cachondo ver como políticos de los mismos partidos defienden lo contrario que sus compañeros de bando cuando de defender su poltrona se trate. Esta propuesta no es novedosa, ni es de ahora, fíjate que la idearon hace mucho tiempo quienes tenían la suficiente decencia y lucidez como para adivinar las consecuencias de la deriva autonomista que se inició en España con la CE del 78. Quienes lo advirtieron no eran precisamente políticos de tres al cuarto, sino algunas de las mentes más preclaras que ha dado nuestro país, entre ellos el Maestro D. Eduardo, García de Enterría según los manuales, y otros tales como Cosculluela Montaner (ministro del PSOE), De la Quadra Salcedo (otro tanto), Sosa Wagner (nada sospechoso de pepero), Sánchez Morón y Tomás Ramón Fernández (de los cuales no conozco afinidad ideológica) Pues bien, este grupo de personas estimaban, ya entonces, que se deberían limitar los ejecutivos autonómicos, y los legislativos también, debiendo ser reducidos los miembros de estos últimos y sin que el cargo fuese remunerado per se, sino que únicamente debían percibir cuartos por su asistencia a los plenos, que dicho sea de paso, se celebrarían de tanto en tanto, con períodos de sesiones reducidos.
Quizá con esta medida no se ahorre tanto si no va acompañada de una racionalización en la Administración periférica, pero da ejemplo, ese del que tanto hablamos ahora, y muestra el camino de la solución.