Lo cierto es que estas situaciones, cuando pasan un límite, ya tienen muy mal arreglo o ninguno.

En Cataluña se lleva tres décadas jugando a un juego claramente peligroso, intoxicar a su propia población con su idea de superioridad por el mero hecho de ser catalán y fomentar el odio al resto de España, que ello llaman por antonomasia España.

Con la situación de crisis, los corruptos políticos catalanes (como los del resto de España, pero un poquito más) en vez de reconocer su choriceo, lanzan al pueblo catalán la consigna de que ha sido el resto de España que les ha robado (desde el siglo XIX Cataluña lleva robando al resto de España la inversión estatal, realmente, protegiendo su industria en detrimento de otras zonas) y este pueblo, cabreado como está todo el mundo en España, se traga el anzuelo porque ya estaba predispuesto a tragárselo. Se vuelven más nacionalistas y odian, literalmente todo lo que para ellos representa el resto de España.
Y en el contexto, hay además hay que reconocer, que el resto de España ha generado anticuerpos contra todo lo catalán, como reacción a la agresión catalana a todo lo español de las otras zonas.

Y ahora, ¿cómo se arregla eso?

No tiene ya ningún buen arreglo posible. La labor de zapa desde finales del XIX y sobre todo las últimas tres décadas ha sembrado vientos que ya están generando las tempestades.

Para arreglarlo medianamente bien, habría que echar para atrás en tantas cosas nazionalistas que ellos mismos se fomentan y prefieren mantener aunque no haya dinero para lo básico, que siendo realistas no lo van a hacer.


Al final, España será un cortijo de otros países (ya parece que viene un ganster chulo de eurovegas a sentar sus leyes y tantos más ejemplos) además de un conjunto de gente que venida de otras partes recientemente están creando su propia sociedad, (y en eso Cataluña también va servida, ya que probablemente el nombre más común no sea Jordi, sino Mohamed).

Y al final lo de Boabdil, lloraremos todos por la pérdida de España como mujeres, tras no haberla sabido mantener como hombres.

Y ya no se le ve arreglo posible a la cuestión.