La gente está cabreada y quiere que rueden cabezas.

Si no vuelve a haber trabajo otra vez, lo mismo da que se quite la monarquía, que privaticen Iberia, que les bajen el sueldo a los controladores y a los pilotos de avión, que nos bajen el sueldo otra vez a todos los funcionarios o que nos echen a la mitad a la calle.