En matemáticas, una vez efectuadas las operaciones, se pueden aplicar unas pruebas básicas y sencillas que confirman o desmientes el resultado. En este caso particular, la prueba de que ha sido cojonuda es la alegría infantil de la socialistada social. Más que respeto…¡ miedo la tenían!.
Por cierto; para los acérrimos de la voluntad y la sabiduría popular a base del sacrosanto ( y manipulable añado yo) voto, “la Espe” ( que para un castizo madrileño no es un insulto, más bien todo lo contrario…so chapuzas) debía tener el beneplácito de la mayoría. Que se lo pregunten a aquel socialista madrileño simpático y pequeñajo que se quedó con la boca abierta y luego le dieron los suyos la patá en el culo porque ya no servía de tonto útil, o también al señor Tomás No-doy-una.
Hace ya algún tiempo, en una determinada circunstancia de una determinada calamidad en la que “La Espe” hizo una visita “pa la afoto”, un servidor la dijo:” ¡Qué no! Usted no pasa por aquí. Porque no debe y porque no me sale de los cojones”. Me miró embutida en esos vestidos ajustados que suele ponerse con sus pequeños ojos repintados a lo Nefertiti, sonrió y mientras todos esperaban que yo cayese fulminado por un rayo, dijo:” Sí señor, ¡ con un par!”. Dio media vuelta y se marchó. Evidentemente no hubo fusilamientos ni represalias ( aunque yo no dormí tranquilo aquella noche).
Así es, y seguirá siendo Doña Esperanza.
“Espe” Ha sido un orgullo trabajar contigo. Perdona la grosería de esta acémila. Quizás aquello ayudó a ahorrarte una de esas “siete vidas” que pareces tener como buena “gata”. Qué tengas suerte en este valle de lágrimas.
:salu:
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