Está claro que este tema concreto siempre tendrá detractores y admiradores. Siempre habrá gente que diga “qué puntazo de profe” y otra que diga “que tío más chulo y pedante”.
Como es obvio, esto vendrá dado por la percepción de la realidad que cada cual le dé al asunto.
Desde el punto de vista psicosociológico, está claro que el profesor pretendía hacerse notar ante un público menos preparado que él y captar su atención. De hecho, esto es algo que nadie discute, porque efectivamente la atención la captó.
Yo veo el problema un poco más allá, pues si en esa primera clase supo captar la atención de los alumnos de manera tan emocional, visceral y apabullante, tal vez sin querer puso el listón muy alto, lo que con posterioridad estoy seguro le crearía más de un problema de atención de sus educandos, porque ese “nivelazo” difícilmente se puede mantener durante mucho tiempo.
En la Facultad hay profesores jóvenes que gustan de “airearse” ante sus alumnos, y más si éstos están dando la primera clase del primer curso. Yo creo que eso fue lo que le pasó a nuestro querido profesor, aunque no por ello dudo de su buena intención de captar el interés de la audiencia para alcanzar su meta, la instrucción de los educandos.
En fin, como se suele decir: “Cada maestrillo, tiene su librillo”.
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