Situación peculiar e ilógica en alguien al que se le presupone una licenciatura en derecho.


Toda decisión "sentencia" (en este caso expulsión"), viene precedida de unos hechos que serían los que motivaron la decisión de expulsarlo. De haber sido su alumno le hubiese dicho que mi silencio estaría justificado por la imparcialidad que debe requerir cualquier tipo de sentencia sin un previo conocimiento de los hechos. Estos vendrían determinados por la respuesta a la pregunta de cuales fueron las actitudes de esa persona, las cuales derivaron en la última decisión del profesor.

Juan podría haberle insultado en los pasillos (por ejemplo) y ello lo justificaría, siendo estos hechos del solo conocimiento del profesor.

Sin el conocimiento de unos hechos no puede existir juicio ni sentencia. Esa hubiese sido la contestación oportuna a su incongruente pregunta.

Este profesor, desde mi punto de vista, no tuvo una acertada intervención en su presentación y lo que se ve se aprende, así pasa que luego nos encontramos con coleguillas de tres al cuarto. :mariguano:-)