Buena lección desde luego. Un profesor que explique de tal manera su materia debe ser sin duda un apasionado de lo que hace, y por supuesto estar convencido de lo que dice.
Es una clase práctica para que los neófitos distingan legalidad de legitimidad, o dicho de otra forma, lo que es legal de lo que es justo. Es uno de los primeros pasos, y quizá de los más importantes, en el estudio del Derecho, pero tal como lo enfoca me parece peligroso ya que incita a los alumnos a buscar lo que cada cual considere justo. Ahí está el peligro, esa idea de justicia es muy subjetiva, difiere notablemente de un individuo a otro. Lo que yo considero una injusticia a otro le puede parecer perfecto, es por eso que resulta necesario establecer un orden objetivo que todos debamos cumplir, incluso aunque ése sea injusto. Así lo defendía Sócrates, quien prefirió morir, siendo injustamente condenado por cierto, antes que desobedecer las leyes de sus conciudadanos, las cuales consideraba necesarias para mantener el orden.
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