Pero claro. A pesar de ser evidente el deterioro social y económico, habría que partir de ciertas premisas para poder ser un poco más objetivos en las apreciaciones. Me refiero a lo que cada uno entiende por “pobreza” o “miseria”.
Si pobreza y debacle económica significa tener que renunciar a comprar un móvil cada cuatro meses, dejar de ver la TV de pago, irse al pueblo (el que lo tenga) de vacaciones en vez de ir a Cancún o a comprar unas alpargatas en los almacenes Lafallette, tener que coger el metro o el cercanías en vez de ir en el “jaudi” de cuarta mano, etc; eso no es pobreza. Eso es ser un gilipollas; y haberlos haylos.
El concepto de pobreza es mucho más siniestro y más triste.
Si el concepto de pobreza queda resumido en lo anteriormente descrito, un servidor es pobre de solemnidad; pero no ahora; si no desde que hizo la primera comunión (y la última)
La miseria y la pobreza no es un hecho coyuntural de hoy. Hace ya muchos años que éramos pobres pero algunos pensaban que con ponerse una capa y ocultar los zurcidos todo estaba arreglado. Ahora es cuando la insobornable realidad ha quedado al descubierto. Para un servidor el pistoletazo de salida fue cuando aquél tafallica cara dura llamado Solchaga dijo aquello de que en España se podía hacer rico cualquiera ( o algo así) y cuando nos lobotizaron con la mágica palabra de “tener derecho”.
¿Cómo pensaba la gente que se podía salir de la enorme estafa social a la que estábamos sometidos? ¿Una barita mágica? ¿Papá Europa y sus euros a cuenta? Ahora por lo menos, somos conscientes de nuestra verdadera situación, y eso, para un español del 2012 , ya es mucho.
Dicen los abuelos, y dicen bien, que nadie da duros a peseta; pero eso lo dicen los abuelos y esos ya no cuentan; solo estorban y a ver si caducan y con lo que nos dejen de su sacrificio podemos salir del apuro. Que siempre que llueve luego escampa, y la lluvia con paraguas incordia menos.
PD. Para los malpensados indicaré que en la actualidad un servidor mantiene con el sudor de su frente a un parado, un trabajador con contrato por horas, y a unos abuelos que no dan a basto después de trabajar desde los cinco años (digo 5) y ya tienen 85 y 86. Y todos comen (la verdad es que unos más que otros, pero todos comen)
:salu:
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