Si los propios manifestantes hubieran reducido a esos cuatro gilipollas revientamanifestaciones que siempre aparecen en cualquier manifestación, no hubiera sido necesario el uso de la fuerza por parte de la policía.
Alguien ha dicho por ahí que era una manifetación pacífica... JA, JA y JA.
Salvo que un servidor tuviera un lapsus momentáneo visual, he podido ver en TV los ladrillazos a los policías y como algún que otro amante de las técnicas de Bruce Lee o Kung Fu ejercitaban sus técnicas sobre esos mismos policías, dándoles patadas en el pecho y otras exquisiteces y lindezas.
Demasiado poco actuaron los pobres policías que sufrieron en sus carnes semejante ataque. Algunos de esos manifestantes pacíficos más se parecían a Gengis Khan que a ciudadanos de una democracia del siglo XXI.
Sé que mucha gente fue de buena fe, pacíficamente, a manifestarse. Pero si tienes un poco de luz y ves como algunos elementos empiezan a cometer semejantes tropelías, lo más normal es esperar que más bien antes que después la policía cargue. Y si te pillan en medio, lo más seguro es que te lleves algún recuerdo.
Si un servidor hubiera estado allí, al primer ladrillazo, o al primer intento de traspasar el cordón policial, me hubiera ido a mi casa rápido, porque lo que venía después estaba cantado.
Ahora a hacer leña del árbol caído. Siempre pagan los más débiles.
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