Si estuviéramos en un país serio, ya habría habido dimisiones de "motu propio", pero como estamos en España y nuestros dirigentes están acostumbrados a irse de rositas cuando se les imputa y condena por algo, pues resulta que aquí no se mueve nadie de la poltrona salvo que pase a mejor vida.
En otros países europeos hemos visto como por el simple hecho de ser imputados, ni siquiera condenados, algunos dirigentes políticos han dimitido o les han hecho dimitir, que eso no lo sabemos.
Y lo peor es que el asunto está generalizado. Aquí le toca al PP, pero todos sabemos que en los otros partidos también cuecen habas.