La Guardia Civil es legal




Mucho se habla estos días del discurso del miedo, ese que advierte de las consecuencias de una Cataluña independiente. Un discurso alimentado precisamente por quienes lo critican y en el que la Guardia Civil aparece como el «hombre del saco» de los cuentos infantiles que pondrá fin a los derechos y libertades de los catalanes.





Usar el nombre de la Benemérita en vano se ha convertido en una práctica habitual e injusta, sobre todo si participan de ella personas que aspiran a tener responsabilidades de gobierno. El candidato del PSC a la Generalitat, Pere Navarro, se ha presentado como la tercera vía entre la ruptura y la Guardia Civil, con la finalidad de distanciarse del PP, donde sólo un eurodiputado con furor tertuliano y nulo poder en el partido ha relacionado al instituto armado con la polémica independentista. El menosprecio del socialista fue contestado por un antiguo compañero de filas, el ex presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquin Leguina, quien replicó que la independencia no es legal, pero la Guardia Civil sí lo es.

Efectivamente, la Guardia Civil es legal, pero en el doble sentido de la palabra. Porque, además de tener funciones encomendadas por la Constitución, ha demostrado una discreción y una compostura de la que tendrían que tomar ejemplo muchos políticos que dan lecciones de democracia. Los agentes de la Benemérita cobran menos que los Mossos d’Esquadra, tienen limitado su derecho a manifestarse y son identificados con la dictadura franquista. Pero nunca responden a las provocaciones. Tuvieron la oportunidad de hacerlo el pasado jueves, durante una mesa redonda celebrada en el Círculo Ecuestre titulada «La Guardia Civil al servicio de Cataluña (siglos XIX, XX y XXI). Un acto sin precedentes, pues este cuerpo de naturaleza militar no se prodiga en conferencias y debates. No hubo ninguna alusión a la posible independencia de Cataluña. Ni tan siquiera velada. Sólo referencias a su principal misión, que es estar al servicio de los catalanes, muchos de las cuales no olvidan que, mientras la policía autonómica se perdía por caminos y pistas forestales azotados por los incendios, eran guardias civiles destinados desde hace años en la zona quienes dirigían a los bomberos. Por no hablar de su lucha contra el terrorismo, que han pagado muy caro. El acto fue clausurado por la delegada del Gobierno en Cataluña, Llanos de Luna, quien les rindió homenaje. Volverá a hacerlo, y seguramente de forma más contundente, esta semana, con motivo de la festividad del Pilar.

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