Libertad para las angulas


La Guardia Civil ha liberado 430 kilos de angulas en ríos catalanes procedentes del tráfico ilegal
Los ejemplares iban destinados a países asiáticos donde duplican el precio
Esther Sánchez Madrid 20 ABR 2012 - 22:15 CET


En ocasiones hay historias de tráfico ilegal de animales que tienen un final feliz. Es lo que ha ocurrido con 430 kilos angulas (alevín de anguila), de los 1.500 que la Guardia Civil decomisó a una red internacional de comercio ilegal el pasado mes de marzo, y que desde hoy nadan en libertad en varios ríos catalanes. La anguila es una especie protegida y su exportación está prohibida fuera de la Unión Europea. La banda desarticulada vendía los ejemplares a países asiáticos, donde un kilo puede alcanzar un precio de 1.300 euros, mientras que en España el kilo ronda los 500. Los agentes calculan que su valor final habría superado el millón y medio de euros.

Miembros del Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) de la Guardia Civil han liberado hoy a las angulas en el Ebro y su delta, en el Fluvía, Ter, Llobregat, Tordera, Besós y Fracolí. Se han buscado tramos limpios de ríos en los que tradicionalmente vive la especie, muy mermada en la actualidad debido a la mala calidad de las aguas. Hasta ese momento, las angulas se habían mantenido vivas en las instalaciones del IRTA, Instituto de Investigación y Tecnología Alimentaria de la Generalitat de Cataluña.

El valor de lo incautado podría superar el millón y medio de euros

La Guardia Civil calcula que el volumen anual de angulas exportadas ilegalmente puede superar los 5.000 kilos. Los agentes seguían la pista de los delincuentes desde octubre de 2011, y a lo largo de los meses consiguieron localizar a las personas implicadas. La llamada Operación Suculenta culminó con la detención de 14 personas, que están imputadas por la presunta comisión de delitos contra la fauna, falsedad documental y contrabando. La red adquiría las angulas sobre todo en Asturias, Galicia y en la zona de influencia del Delta del Ebro, aunque muchas procedían de Portugal. Los ejemplares se pescaban sin permiso y no pasaban por la lonja, por lo que su procedencia también era ilícita.

Para camuflar su origen en aduanas y controles, los implicados declaraban que lo que transportaban eran múgiles u otro pescado. Al tratarse de alevines se puede confundir la especie y la Guardia Civil tuvo que realizar análisis de ADN. Los resultados fueron contundentes: se trataba de anguila europea (Anguilla anguilla).

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