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    Origen del nacionalismo catalán.

    Origen del nacionalismo catalán

    El nacionalismo catalán es un movimiento político surgido a partir del catalanismo, movimiento cultural nacido en la Renaixença que quería recuperar el uso de la lengua catalana como lengua literaria y de cultura, materializado en los Juegos Florales.

    El nacionalismo catalán tuvo mucho que ver con el despegue industrial y económico de Cataluña de finales de siglo XIX. Sobre todo a raíz de la repatriación de capitales que trajo el “desastre del 98”, que también fue aprovechado por el nacionalismo para desprestigiar, aún más, la imagen de España.

    Francesc Cambó explica cómo se extendió el nacionalismo a partir de los motivos descritos anteriormente:

    “Diversos motivos ayudaron a la rápida difusión del catalanismo y la aún más rápida ascensión de sus dirigentes. La pérdida de las colonias, después de una sucesión de desastres, provocó un inmenso desprestigio del Estado, de sus órganos representativos y de los partidos que gobernaban España. El rápido enriquecimiento de Cataluña, fomentado por el gran número de capitales que se repatriaban de las perdidas colonias, dio a los catalanes el orgullo de las riquezas improvisadas, cosa que les hizo propicios a la acción de nuestras propagandas dirigidas a deprimir el Estado español y a exaltar las virtudes y merecimientos de la Cataluña pasada, presente y futura”.
    F. Cambó, Memorias (1876-1936), Alianza Editorial, Madrid 1987, p.41

    Pero en sus inicios el nacionalismo era algo ajeno al pueblo y al sentir de los catalanes. El propio Cambó lo explica en sus memorias:

    “En su conjunto, el catalanismo era una cosa mísera cuando, en la primavera de 1893, inicié en él mi actuación (…) Aquel era un tiempo en que el catalanismo tenía todo el carácter de una secta religiosa”.

    El que fuera su secretario y posteriormente gran literato, Josep Pla, lo explica con estas palabras:

    “Los catalanistas eran muy pocos. Cuatro gatos. En cada comarca había aproximadamente un catalanista: era generalmente un hombre distinguido que tenía fama de chalado”.
    J. Pla, Cambó, Ediciones de la Nova Revista, Barcelona 1928, p.46

    Rovira i Virgili también escribió sobre el tema:

    “Había unos cuantos catalanistas en Barcelona y algunos otros escampados por las comarcas. Se los podía contar. Muchas villas tenían un solo catalanista; otras, ninguno”.
    Rovira i Virgili, Resum d´història del catalanisme, p.64

    Pero en las siguientes décadas el nacionalismo creció a gran velocidad. Como ya hemos dicho contribuyó el “desastre del 98”, pero sin duda ese gran crecimiento se debió a las manipulaciones que los nacionalistas hicieron de la historia, manipulaciones que hoy día siguen utilizando. Los nacionalistas han reinventado una historia donde Cataluña ha sido oprimida por España, siendo el nacionalismo la última manifestación de la supuesta opresión.

    Y esta manipulación histórica la reconocen los padres del nacionalismo, como ahora veremos.

    Cambó escribió en sus memorias:

    “Como en todos los grandes movimientos colectivos, el rápido progreso del catalanismo fue debido a una propaganda a base de algunas exageraciones y de algunas injusticias”.

    Prat de la Riba nos aporta otro valioso testimonio:

    “Había que acabar de una vez con esa monstruosa bifurcación de nuestra alma, había que saber que éramos catalanes y que no éramos más que catalanes, sentir lo que no éramos para saber claramente, hondamente, lo que éramos, lo que era Cataluña. Esta obra, esta segunda fase del proceso de nacionalización catalana, no la hizo el amor, como la primera, sino el odio”.
    E. Prat de la Riba, La nacionalitat catalana, cap. III

    Este odio fue dirigido contra quien había sido identificado como el enemigo, España, identificada en Castilla:

    “La reacción fue violenta: con esa justicia sumaria de los movimientos colectivos, el espíritu catalán quiso resarcirse de la esclavitud pasada, y no nos contentamos con reprobar y condenar la dominación y los dominadores, sino que, tanto como exageramos la apología de lo nuestro, rebajamos y menospreciamos todo lo castellano, a tuertas y a derechas, sin medida”.

    Esta actitud la vemos en el libro "Compendi de la doctrina catalanista", escrito en 1894 por Prat de la Riba y Pere Muntanyola:

    “La lengua castellana se caracteriza por la concisión y la sequedad de sus frases y sus modismos, que van directos y sin giros inútiles a la expresión de las cosas tal como son: totalmente al revés de las formas ampulosas de la lengua castellana, que gasta un tiempo precioso y una gran cantidad de palabras para expresar la más insignificante de las ideas (…). La lengua catalana es más dulce que la castellana porque mientras que la nuestra tiene ocho sonidos vocales, que forman una gradación suave e insensible, comparable a la que posee la lengua francesa, el castellano tiene sólo cinco sonidos vocales y es abundante en guturales como la “j” y la “a” clara, que la emparentan con las lenguas semíticas”.

    Otro argumento más del nacionalismo, el étnico, haciendo referencia al semitismo de los castellanos, un tópico muy repetido por los nacionalistas de la época, que gustaban de presumir de la superioridad racial de los catalanes, que serían arios. Sí, aunque parezca mentira era así…

    El nacionalismo lleva un siglo manipulando la historia, y la sociedad catalana ha asumido esos hechos como reales, mostrando un evidente desconocimiento de la historia de Cataluña. En un artículo de Antoni Simon i Tarrés, escrito hace algunos años, podemos leer:

    “El desconocimiento generalizado por parte de la sociedad catalana actual de su propia historia no significa, sin embargo, que determinadas ideas básicas del catalanismo político elaboradas a partir de referentes históricos –como puede ser la lucha del pueblo catalán contra las agresiones del poder central- han penetrado en importantes sectores sociales; y, precisamente, el objeto de este artículo será desentrañar cómo el pensamiento político e histórico catalán contemporáneo –desde los primeros hombres de la Renaixença hasta la Guerra Civil de 1936-1939- ha interpretado, utilizado y a menudo manipulado los referentes históricos de la etapa de formación del Estado Moderno para alimentar un discurso Estado-Nación cambiante y diverso”.
    Antoni Simon i Tarrés, Els mites històrics i el nacionalisme català, Manuscrits 12, 1994, p.193 y siguientes

    Más de un siglo de manipulaciones, mentiras y exageraciones que han conseguido que varias generaciones de catalanes hayan absorbido la farsa como algo natural, con absoluta buena fe. El fruto de esta manipulación, de esta siembra de mentiras y odio, no podría ser otro que el que es: el rechazo a España. Especialmente en nuestra juventud, adoctrinada en las escuelas.

    Dicen que toda idea es respetable siempre que no se use la violencia para defenderla. Yo digo que también es censurable cualquier idea que se articula a base de mentiras y manipulaciones.

    Muchos catalanes votan a partidos nacionalistas e independentistas creyendo que son los que mejor defienden su cultura e identidad. Pero no se defiende la identidad de un pueblo manipulando su historia, ni se defiende su cultura usándola como “arma” política o imponiéndola a base de multas.

    De elprincipatdecatalunya.


    Desde luego menudos rufianes mas viles manipuladores están hechos los independentistas, cada vez y día lo tengo más claro. Nos quieren hacer tragar sus mentiras con embudo... :xrevienta:-)

  2. #2

    Re: Origen del nacionalismo catalán.

    Me ha gustado :guax: y yo nunca he creído lo que nos contaban y siempre a sido porque nunca he considerado a Cataluña una nación sino una región de España.


    Saludos y buen servicio xbridx

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