Me parece que esto cabría en cualquier sitio menos aquí, pues dudo mucho que el músico descanse y se relaje, y que los espectadores, viendo al músico, puedan hacer otro tanto. He sido yo viéndolo por la pantalla y me he sentido inquieto y nervioso.
Saludos.
Dale limosna, mujer, que no hay en la vida nada como la pena de ser ciego en Granada
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