Tengo un borrico canelo
más sabio que un profesó,
con orejas de ministro y ojos de gobernaó
Rebusna como si fuera diputao ministerial
y se come hasta el pesebre
como cualquier consejal.

Yo quisiera que a mi burro
lo sacaran diputao,
porque otros siendo más burros
a ese puesto ya han llegao.

Pero temo que de serlo
vaya a quedarme sin él,
porque como allí habrá tantos
no lo voy a conocer.



En la Escena primera del Cuadro segundo de “La casa de la juerga”,

sainete de Muñoz Seca, publicado en 1906.