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  1. #1
    Estas lecciones de gramática vendrían bien en otros foros de los que un servidor es asíduo. Un fallo muy común en los foros es el no saber distinguir entre: "haber" y "a ver".
    "De hombres es equivocarse; de locos persistir en el error"

    "Seamos esclavos de las leyes para poder ser libres"


    Marco Tulio Cicerón

  2. #2
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    Cita Iniciado por heraldo74 Ver mensaje
    Estas lecciones de gramática vendrían bien en otros foros de los que un servidor es asíduo. Un fallo muy común en los foros es el no saber distinguir entre: "haber" y "a ver".
    Pues ya tienes material para ir aportándolo a esos foros que dices.
    Saludos.

    Dale limosna, mujer, que no hay en la vida nada como la pena de ser ciego en Granada

    http://postimg.org/image/v2qv87bol/

  3. #3
    Cita Iniciado por Trevelez Ver mensaje
    Pues ya tienes material para ir aportándolo a esos foros que dices.
    Si les llevo todo esto que estás colgando... ME EXPULSAN... jajajajaja
    "De hombres es equivocarse; de locos persistir en el error"

    "Seamos esclavos de las leyes para poder ser libres"


    Marco Tulio Cicerón

  4. #4
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    Cardinales.

    8. Además de su uso propio para expresar cantidad, los cardinales se emplean a menudo, en el lenguaje corriente, para expresar orden, reemplazando en su función a los ordinales (→ ordinales): «Un pibe se cayó desde el piso once y se salvó» (Rovner Pareja [Arg. 1976]). Este fenómeno es tanto más frecuente cuanto mayor es el número de orden que debe expresarse; así, frente a expresiones como el quincuagésimo séptimo aniversario, de carácter marcadamente culto, en la que se ha utilizado el ordinal propiamente dicho, encontramos con mucha más frecuencia, en la lengua corriente, el cincuenta y siete aniversario. Lo que no debe hacerse, en ningún caso, es mezclar ambas series, ordinales y cardinales, como ocurre en este ejemplo: «Se realizó[...] un homenaje a Roque Sáenz Peña con motivo de cumplirse el trigésimo un aniversario de su muerte» (Arenas Buenos Aires [Arg. 1979]); debió decirse el trigésimo primer aniversario o el treinta y un aniversario. Aunque el uso de los cardinales con valor ordinal es más frecuente cuando se refieren a números altos, también se da en referencia a números bajos; así, se dice tanto piso siete como séptimo piso o piso séptimo. En cuanto a su colocación, los cardinales con valor ordinal se anteponen a los sustantivos que designan acontecimientos, aniversarios o celebraciones, pero se posponen en el resto de los casos; así, se dice la cuarenta y una edición del festival, el treinta y cinco aniversario, pero no *la treinta y cinco página, sino la página treinta y cinco. Cuando el cardinal con valor ordinal se pospone a un sustantivo femenino, es posible la concordancia de género: la página doscientas, la habitación trescientas doce; pero suele ser más frecuente el uso en aposición del sustantivo masculino que corresponde al nombre del número: la página doscientos, la habitación trescientos doce. De manera general y sistemática se emplean siempre los cardinales para expresar orden en la designación de los años:(año) mil novecientos noventa y ocho, (año) dos mil uno, etc.; y de los días del mes: tres de diciembre, cuatro de octubre, etc., aunque para referirse al día uno puede usarse también el ordinal primero (→ primero, 3). En el caso de las series de papas y reyes con igual nombre, se utilizan, en la escritura, los números romanos (→ números, 3), que se leen como ordinales hasta el número diez (aunque en este último caso puede usarse también el cardinal):Felipe IV (se lee Felipe cuarto), Enrique VIII (Enrique octavo), Alfonso X (Alfonso décimo o diez); pero a partir del diez se leen siempre como cardinales:Luis XVI (Luis dieciséis), Juan XXIII (Juan veintitrés). Para referirse a los siglos, del i al x se usan indistintamente cardinales y ordinales, con preferencia culta por estos últimos: siglo i (se lee siglo primero o siglo uno), siglo ii (siglo segundo o siglo dos), etc.; pero del siglo xi en adelante, el uso general solo admite los cardinales: siglo xi (se lee siglo once), siglo xviii (siglo dieciocho), siglo xxi (siglo veintiuno), etc.

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    Saludos.

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  5. #5
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    Coma2.

    Signo de puntuación (,) que indica normalmente la existencia de una pausa breve dentro de un enunciado. Se escribe pegada a la palabra o el signo que la precede y separada por un espacio de la palabra o el signo que la sigue. No siempre su presencia responde a la necesidad de realizar una pausa en la lectura y, viceversa, existen en la lectura pausas breves que no deben marcarse gráficamente mediante comas. Aunque en algunos casos el usar la coma en un determinado lugar del enunciado puede depender del gusto o de la intención de quien escribe, existen comas de presencia obligatoria en un escrito para que este pueda ser correctamente leído e interpretado. A continuación se exponen los usos normativos de la coma.

    2. Uso con las conjunciones copulativas y disyuntivas
    El uso de la coma es incompatible con las conjunciones y, e, ni, o, u cuando este signo se utiliza para separar elementos de una misma serie o miembros gramaticalmente equivalentes dentro de un mismo enunciado (→1.2.1y1.2.2). Sin embargo, hay otros casos en que no solo el uso conjunto de la coma y la conjunción es admisible, sino necesario:

    2.6. Debe escribirse coma delante o detrás de cualquiera de estas conjunciones si inmediatamente antes o después hay un inciso o cualquier otro elemento que deba ir aislado por comas del resto del enunciado: Mi abuelo, que era un gran aficionado a la poesía, y el maestro del pueblo fundaron una revista literaria; Puedes venir con nosotros o, por el contrario, quedarte en casa todo el día.

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    Saludos.

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  6. #6
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    Concordancia.

    4.
    Casos especiales en la concordancia verbal

    4.1. Sujeto de varios elementos en singular unidos por una conjunción copulativa. Debe tenerse en cuenta lo siguiente:

    b) Si los elementos coordinados se refieren a una misma cosa o persona, el verbo irá necesariamente en singular: «La actriz y cantante está bastante molesta» (Universal [Ven.] 17.4.88).

    http://lema.rae.es/dpd/?key=concordancia
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  7. #7
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    Diptongo.

    3. La h intercalada no influye en absoluto en la consideración como diptongo o como hiato de una secuencia vocálica. Así, hay grupos de vocales con h intermedia que forman diptongo: ahijado, ahumar, prohibir, y otros que forman hiato: anco, turbolice, probe.

    http://lema.rae.es/dpd/?key=diptongo
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    Cardinales.

    2. Hay cardinales simples —de cero a quince, todas las decenas (diez, veinte, treinta, etc.), cien(to), quinientos y mil— y cardinales compuestos, los formados por la fusión o suma de varios cardinales simples. De los compuestos, se escriben hoy en una sola palabra los correspondientes a los números 16 a 19 y 21 a 29, así como todas las centenas: dieciséis, dieciocho, veintiuno, veintidós, doscientos, cuatrocientos, etc. Las grafías complejas diez y seis, veinte y uno, cuatro cientos, etc., son anticuadas y deben evitarse. A partir de treinta, los cardinales compuestos que corresponden a cada serie se escriben en varias palabras y se forman, bien por coordinación, bien por yuxtaposición de cardinales simples; así, los correspondientes a la adición de unidades a las decenas se escriben interponiendo entre los cardinales simples la conjunción y: treinta y uno, cuarenta y cinco, noventa y ocho, etc.; el resto se forma por mera yuxtaposición: ciento dos, mil cuatrocientos treinta, trescientos mil veintiuno, etc. No obstante lo dicho, por analogía con la serie de los cardinales compuestos de diez y de veinte, se documentan casos de grafía simple en los correspondientes a otras decenas (treintaicinco, cuarentaitrés, cincuentaiocho, etc.): «Olvidé a Frieda y la versión treintaidós de esta su letanía» (Onetti Viento [Ur. 1979]); «Era la una y cincuentaicinco minutos» (Martini Fantasma [Arg. 1986]); pero todavía son mayoritarias las grafías complejas (treinta y cinco, cuarenta y tres, cincuenta y ocho, etc.). Son vulgares los compuestos correspondientes a la primera decena en los que se ha simplificado el diptongo: diciséis, dicisiete, diciocho, dicinueve. Tampoco son admisibles formas como treinticinco, cuarentiocho, cincuentiuno, etc., en las que se ha eliminado la -a final de la decena. Tanto en la grafía como en la pronunciación esmerada debe mantenerse el diptongo que hay en los compuestos de veinte (→ veintiuno), así como en treinta y sus compuestos (→ treinta); son, pues, vulgares formas como ventidós, trenta o trentaicinco, en lugar de veintidós, treinta y treinta y cinco (o treintaicinco). Por último, los cardinales correspondientes a la séptima y a la novena centenas son setecientos y novecientos, respectivamente (y no sietecientos ni nuevecientos).


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    Última edición por Trevelez; 07/09/2013 a las 07:34
    Saludos.

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    Coma2.

    Signo de puntuación (,) que indica normalmente la existencia de una pausa breve dentro de un enunciado. Se escribe pegada a la palabra o el signo que la precede y separada por un espacio de la palabra o el signo que la sigue. No siempre su presencia responde a la necesidad de realizar una pausa en la lectura y, viceversa, existen en la lectura pausas breves que no deben marcarse gráficamente mediante comas. Aunque en algunos casos el usar la coma en un determinado lugar del enunciado puede depender del gusto o de la intención de quien escribe, existen comas de presencia obligatoria en un escrito para que este pueda ser correctamente leído e interpretado. A continuación se exponen los usos normativos de la coma.


    1. Usos lingüísticos

    1.3. Para distinguir entre sentidos posibles de un mismo enunciado. Una misma secuencia de palabras puede tener varios significados dependiendo de cómo esté puntuada: Me he vestido, como me indicaron (me indicaron que me vistiera) / Me he vestido como me indicaron (me indicaron cómo debía vestirme). Si no se coloca coma detrás de mientras, esta palabra es conjunción: Mientras hizo lo que debía y todo salió bien, no hubo problemas; si va seguida de una coma, es un adverbio de tiempo: Mientras, hizo lo que debía y todo salió bien. Algo parecido ocurre con luego, que puede ser adverbio (‘después, más tarde’): Yo no estuve allí luego, me lo perdí; o conjunción consecutiva (‘así que, por lo tanto’): Yo no estuve allí, luego me lo perdí. De la misma manera, el adverbio así pasa de ser un conector oracional cuando va seguido de coma (‘entonces, por consiguiente’): Así, no hubo quien lo convenciera, a ser un modificador verbal cuando no la lleva (‘de esa manera’): Así no hubo quien lo convenciera.

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