¿La juez o jueza? ¿La alcalde o alcaldesa?

No todos están de acuerdo en el uso de ciertas palabras...

12 de octubre de 2013. Telmo de Rivas
Qué: ¿La juez o la jueza? ¿La alcalde o la alcaldesa? ¿La concejal o la concejala?

¿Decimos la juez o la jueza en español para referirnos a una mujer que ejerce la judicatura?Tema espinoso este, porque entran en juego sensibilidades y consideraciones machistas y feministas, pero partamos para aclararnos de lo más sencillo: ¿qué dice la RAE al respecto? Por cierto: todo lo que comentamos respecto ajuez/jueza resulta válido también para otras palabras parecidas: concejal/concejala, alcalde/alcaldesa
En el Diccionario panhispánico de dudas nos responden a la idem bien clarito:
Juez: ‘Persona con potestad para juzgar y sentenciar’ y ‘miembro de un jurado o tribunal’. Por su terminación, es común en cuanto al género (el/la juez): “¿Cree usted que la juez Rosenda Sarmiento actuó bien?”; pero se usa también, incluso en el nivel culto, el femenino específico jueza: “En el caso intervino la jueza Raquel Cosgaya”.
Es decir, la RAE no se moja, y da por válidas ambas formas, la juez y la jueza, aunque parece inclinarse por la primera opción (por algo la pone primero, ¿no?).
La Fundéu BBVA, institución a la que en Estandarte procesamos devoción, mucho más pegada a la realidad hablante que la RAE, es más clara y decidida: “Las formas más aconsejables (más correctas) son concejala, alcaldesa y jueza”.
Nosotros en Estandarte creemos en la fuerza del uso, siempre que no vaya contra la corrección de la lengua. En España, que es desde donde escribimos y nos dirigimos a todo aquel que quiera leernos y comparta lengua con nosotros, hace ya tiempo que palabras como jueza, alcaldesa y concejala se escuchan sin escándalo, o al menos sin demasiada extrañeza. Las mujeres hace ya años que, ¡menos mal!, ocupan estos cargos y profesiones, y el gusto de los propios hablantes parece inclinar la balanza hacia el uso de “la jueza” en vez de “la juez”. Nosotros también preferimos decir “la jueza”.
Pero no todos están de acuerdo. Leemos por ejemplo el siguiente comentario de un hispanohablante en la web de la Fundéu BBVA: “Estoy muy enfadado y confuso con la denominación actual de determinadas profesiones que, creo, sólo responden a lo políticamente correcto. En español existe la riquísima posibilidad de cambiar de género una palabra invariable sólo usando el artículo. Así “el juez” es un hombre juez y “la juez” una mujer juez. No entiendo el empeño por parte de algunos en decir “la jueza”, con la consiguiente cacofonía (en mi opinión). Si no decimos “el policía” o “el taxisto”, ¿por qué tenemos que decir “la arquitecta” o “la médica”? Mi pregunta es: ¿cómo explicar a un extranjero que estudia español cuándo puede hacer el equivalente femenino y cuándo no? ¿Cuáles están admitidos y cuáles no?”.
Nuestra respuesta a esta pregunta sería que la lengua es una realidad viva, cambiante y a merced de las circunstancias sociales e históricas. Como sabe cualquiera que haya estudiado un segundo idioma a fondo, para conocer una lengua hasta el final es necesario conocer también las circunstancias del pueblo que la habla. El hecho de que durante décadas fuese imposible trabajar como jueza, alcaldesa o concejala explica que haya cierta polémica o al menos disconformidad entre los hablantes a la hora de utilizar estas palabras. Sólo los años y el propio uso de idioma tienen la última palabra.

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