Laísmo.

2. Los pronombres la, las proceden, respectivamente, de las formas latinas de acusativo illam, illas. El acusativo es el caso de la declinación latina en el que se expresaba el complemento directo. Por ello, la norma culta del español estándar solo admite el uso de estas formas para dicha función: «La busqué [a Constancia] en los tres pisos» (Fuentes Constancia [Méx. 1989]); «Estas cosas muchos no las quieren creer» (Vanguardia [Esp.] 6.7.94). No son correctos los usos ejemplificados a continuación, en los que la forma la funciona como complemento indirecto: «Cuando abrió la Marcelina, la dijeron: ¿Vive aquí Marcelina Domínguez?» (JmnzLozano Grano [Esp. 1988]); «Yo la di un beso a Josefa» (Pombo Héroe [Esp. 1983]).

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