era tan fácil como dejar la boina. Una prenda que era cómoda , se llevaba en cualquier bolsillo y daba una imagen de operatividad . La gorra nueva no aporta ninguna imagen más que de deportividad y de pizzeros. Con lo que se ahorraríanen el gasto de los sucesivos años de entregar y reponer gorras que lo dedicasen a más formación o a intentar poner a punto los vehículos y no que les pongan un parche y poco a poco se vayan cayendo a cachos
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