Estas situaciones, a mí al menos, me hacen pensar y mucho.
Nos creemos, y casi que estamos en nuestro derecho por haber sido creados a imagen y semejanza de Dios, que somos el ombligo del mundo, cuando la vida y los acontecimientos nos demuestran la innegable levedad del ser.
Solo bastan unos segundos para pasar del todo a la nada.
Como alguien decía por ahí, yo también he rezado por todos ellos y sus familias. Poco más se puede hacer ya.
Por eso, cuida de los tuyos y quiérelos con toda tu alma, y díselo todas las veces que encarte, porque las cosas por la gente que queremos hay que hacerlas todos los días, y no esperar a que ocurran situaciones así para lamentarse de no haberlo hecho antes.
Descansen en paz.
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