La Guardia Civil detiene a ocho personas integrantes de una organización dedicada a cometer atracos con gran violencia.

La Guardia Civil detiene a ocho personas integrantes de una organización dedicada a cometer atracos con gran violencia - Ministerio del Interior

Además se han esclarecido otros doce delitos de robo, en uno de los cuales falleció un delincuente al ser atropellado por un vehículo durante su huída
La detención de la organización ha impedido la ejecución de un atraco en la localidad de Madrid del que pensaban obtener un botín de un millón de euros
Los detenidos empleaban gran violencia en los atracos utilizando armas de fuego y maniatando a las víctimas
La Guardia Civil, en el marco de la operación “Quesito” ha detenido a ocho personas e imputado a otras dos por doce delitos contra el patrimonio en diversas provincias de Ciudad Real y Toledo, cuatro de ellos cometidos con violencia e intimidación. En los robos empleaban gran violencia contra sus víctimas, a las que maniataban con bridas y amenazaban con armas.
Se han realizado nueve registros, seis en las localidades toledanas de Quismondo y Maqueda y tres en Puertollano, Porzuna y Ciudad Real. La detención y disolución de la organización ha impedido la ejecución de un atraco en la localidad de Madrid del que pensaban obtener un botín de un millón de euros.
Las investigaciones comenzaron en el pasado mes de enero, tras cometerse cuatro robos en apenas quince días, uno en un restaurante de Argamasilla de Calatrava, otro en un estanco de Santo Domingo Caudilla y otros dos en dos estaciones de servicio situadas en Maqueda y en Brazatortas, en las provincias de Ciudad Real y Toledo.

Robos cometidos a la hora del cierre de los establecimientos
Tras un estudio previo de la zona, seleccionaban establecimientos aislados de la población para dificultar que las fuerzas de seguridad fueran alertadas. También planificaban el momento más adecuado para cometerlo, que coincidía generalmente, con la hora de cierre de los establecimientos, al ser momentos en los que los que se realizan labores de limpieza o contabilidad de ingresos.

El día del atraco, se desplazaban tres o cuatro miembros de la red hasta el establecimiento mientras que el resto permanecía en el exterior para alertar ante una posible presencia policial y facilitar la huída.
Uno de los integrantes que accedía al interior, tomaba el control del robo y se encargaba de intimidar física y verbalmente a las víctimas, impartiendo órdenes al resto sobre la forma de ejecutar las tareas que cada uno tenía encomendadas.
Para cometer los atracos vestían prendas de camuflaje y ocultaban su rostro utilizando pasamontañas artesanales elaborados con mangas de jerséis y camisetas anudadas en uno de sus extremos, a las que se practicaban orificios que permitieran la visión. También variaban las telas y colores del pasamontañas para tratar de evitar que pudiera establecerse una relación entre varios de los hechos cometidos.

Disparos al aire para intimidar a las víctimas

Asimismo, durante los robos empleaban gran violencia física y verbal contra las víctimas, a quienes golpeaban con sus armas y amenazaban de muerte, maniatándolas con bridas. Para dar más credibilidad a sus amenazas efectuaban disparos al aire, así como a las máquinas recreativas. En este último caso el fin era, además de mantener un elevado grado de tensión en las víctimas, apoderarse de la recaudación de las mismas.
Una vez cometido el atraco, emprendían la huida en los vehículos de las víctimas, en unos casos obligando a éstas a entregarles las llaves y en otros robándolos directamente de las inmediaciones al tener las llaves puestas. Estos vehículos eran posteriormente abandonados en caminos situados a apenas unos kilómetros del lugar del robo, donde sus ocupantes eran recogidos por el resto de los miembros de la banda para continuar la huída, evitando así que se relacionaran sus propios vehículos con los atracos.
Los detenidos alternaban los atracos con los robos con fuerza cometidos fundamentalmente en viviendas, aunque algunos de ellos fueron cometidos también en explotaciones agrícolas y ganaderas, establecimientos de hostelería y estaciones de servicio.
Precisamente, el accionamiento del dispositivo de alarma de una estación de servicio de Ciudad Real mientras se estaba cometiendo un robo fue la causa del fallecimiento de uno de los miembros, que murió tras ser atropellado por un vehículo cuando trataba de huir. El fallecido portaba una escopeta de cañones recortados que había sido empleada en la comisión de los robos y que ha sido remitida al Servicio de Criminalística de la Guardia Civil para determinar su participación en otros hechos delictivos.

Registros y detenciones

Se han realizado nueve registros, seis en las localidades toledanas de Quismondo y Maqueda y los tres en Puertollano, Porzuna y Ciudad Real. En ellos se han recuperado distintas herramientas, material audiovisual e informático, joyas, cuatro pistolas de aire comprimido, que son réplicas exactas de armas reales de fuego, terminales móviles, garrafas de gasoil y varios cuchillos y machetes.
Los detenidos son D.C.L., de 32 años, A.D.C., de 53 años, J.C.C.M., de 42 años, F.J.F.M., de 23 años, S.F.H. de 45 años, M.P.S., de 50 años, G.D.P.T. de 34 años,J.D.P.T., de 37 años. También han sido imputados S.B.S. de 23 años y J.F.H. de 41 años. Todos ellos cuentan con numerosos antecedentes policiales por delitos contra el patrimonio y el orden socioeconómico.
Durante la investigación se contó con la colaboración de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Ciudad Real, así como la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Puertollano.
Las diligencias instruidas fueron entregadas junto con los detenidos en el Juzgado de Instrucción número 3 de Puertollano, cuyo titular ha ordenado el ingreso en prisión de siete de los integrantes de esa organización criminal.
Existen imágenes de esta operación en el siguiente enlace web:
http://www.guardiacivil.es/es/prensa...ios/index.html
Además, existen fotografías en la página www.guardiacivil.es.