¡¡Quieto parao!! Qué estoy aquí camuflado en la esquina.
Te acuerdas de quien suscribe ¿por su guerra personal con los asquerosos chupópteros? …pues sí. Sí pudiera acabar con ellos a cañonazos….a cañonazos lo haría.
Ahora opinando sobre el tema voy a ser el incordiador porque considero que hay “algo” importante detrás de barbaridades como la descrita. Es decir, que no quiero ser mal interpretado por lo que voy a tratar de explicar.
Evidentemente el gachó ese está chalao. Le tienen que patinar bastante las neuronas para hacer la irracionalidad que hizo. Pero también hay que pararse a pensar en los hechos “periféricos” desencadenantes (qué chuli m´a quedao).
Si preguntásemos a un sicólogo los efectos que la falta de sueño y el ruido pueden ocasionar en determinadas circunstancias físicas y sicológicas en una persona, seguro que afirmaría que podría, incluso, llevarlo a la demencia.
Desconozco las particularidades del suceso, pero he visto a gente fuera de sí por casos parecidos. Luego, cuando hablas con ellos y les pones delante de los ojos lo hecho y las posibilidades que no ha utilizado para solucionar el problema, lo reconocen y se llevan las manos a la cabeza. Para mí en ese momento esas personas (digo esas, no esa en particular) no estaban en posesión de raciocinio en esos momentos.
La falta de sueño llega a ser utilizada como un método de tortura en determinadas circunstancias, así como el ruido continuado; y de las acciones de quien lo sufre nos podemos esperar cualquier barbaridad.
Otra cosa distinta es como ese señor tenía un arma de fuego. ¿Era legal? ¿Era ilegal?
Ahora solo queda esperar en que el chaval se cure sin secuelas, que la justicia actúe con justicia (no es un juego de palabras), y que se termine de legislar de una puñetera vez sobre las molestias a vecinos en cuestión de ruidos en horas nocturnas.
Fin de cita.