Este caso tiene mucha tela que cortar, pero difícilmente llegaremos a unas conclusiones claras. Primero, porque los hechos ocurrieron en un país donde la democracia y la libertad brillan por su ausencia y por ende cualquier proceso que se desarrolle allí siempre será lo que el "Gobierno Oficial Impuesto" quiera que sea.
Y segundo, porque solo contamos, aparte del primer punto, con la palabra de Carromero, que obviamente no va a inculparse a sí mismo; por lo tanto, puede que nos esté diciendo la verdad o puede que no.
Por ello, como os decía, será difícil que algún día conozcamos la verdad.
Lo que sí sabemos es la celeridad con que nuestro Gobierno actuó en este caso por tratarse de quien se trataba.
Si tú o yo hubiéramos tenido esa desgracia, estoy seguro que aún estábamos en la isla cumpliendo la condena, y lo peor, es que posiblemente la tendríamos que cumplir íntegra. Seguro que para nosotros no se hubiera dado tanta prisa nuestro Gobierno.
En fin, unos nacen con estrellas y otros nacen "estrellaos".
Carromero es de los primeros, nosotros...
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