Je, je. Me recuerdas la canción esa que dice: “Qué buenas son las hermanas ursulinas, qué buenas son que nos llevan de excursión”
El sindicalismo de clase, como se ha puesto de moda llamarlo, es un desastre en su totalidad. Desde su injusta financiación, pasando por su pertenencia a determinados partidos políticos que condicionan sus acciones, su globalización sectorial, y terminando por su articulación casi mafiosa dentro del mosaico de las autonomías.
Si hablamos del apartado andaluz el asunto se dispara. Han sustituido al clásico señorito decimonónico. Me da la sensación que piensan que ahora “les toca a ellos”; pero con el agravante de que al señorito se le veía venir to tieso en su jaca, y estos roban amparados en su disfraz de “obreros de toa la via”.
Otro asunto distinto es si queremos analizar y opinar sobre determinados sindicalistas en plan particular. En este caso seguramente encontraríamos cosillas positivas….pero poco más.
Mira. Sí esto es cierto, no encaja en mi raciocinio que “protectores de la justicia obrera” se gasten esa millonada que no es suya y estaba destinada a la ayuda de esos obreros a los que dicen proteger, y encima falsifiquen descaradamente los conceptos de la factura añadiendo engaño premeditado a la desvergüenza de su acto. Sencillamente me sale humo por las orejotas y siento crujidos neuronales.
Un saludo y que contento toy porque ya se vislumbra que se acaba “el buen tiempo”
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